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El servicio basura de Caabsa

Cada día es más evidente la incapacidad de la empresa Caabsa Eagle para cumplir con la mínima calidad necesaria para la gestión de la basura en el Área Metropolitana de Guadalajara, a pesar de sus multimillonarias ganancias a costa de nuestros impuestos.

Las más de 5 mil toneladas diarias de basura que generamos en la metrópoli se han convertido en un verdadero problema ambiental y de salud que no afecta a la mayoría de la gente, sino a las poblaciones, muchas veces rurales, que tienen cerca los basureros y su enorme contaminación.

En medio de ese monumental cochinero está la empresa Caabsa, que recibe cientos de millones de pesos al año por hacerse cargo de una responsabilidad que, según la Constitución de nuestro país, es de los municipios.

Guadalajara, Tonalá, El Salto y Tlajomulco son los cuatro municipios que decidieron delegar su obligación en el manejo adecuado de la basura a una empresa que, desde 1994, ha demostrado con creces su incapacidad.

En Tonalá dejó dos desastres ambientales sin resolver: los basureros de Laureles y de Matatlán causarán problemas de salud a generaciones de habitantes tonaltecas y de municipios cercanos.

También resultan afectadas las poblaciones cercanas al río Santiago, cauce de por sí sumamente contaminado al que llegan los lixiviados sin controlar de estos dos basureros operados por Caabsa (hoy, afortunadamente clausurados) y que sin exagerar seguirán contaminando por, al menos, 50 años, según especialistas como el académico Gerardo Bernache.

A esa situación hay que sumar que, en una especie de berrinche por las clausuras, Caabsa dejó de prestar el servicio de recolección de basura de forma regular en Tonalá, por lo que ya impacta en la gente de forma directa.

En El Salto también existe una recolección de basura deficiente, por lo que el gobierno municipal tuvo que salir a sustituir a Caabsa, a pesar de los pagos millonarios que se le hacen a la empresa.

El problema es que el ayuntamiento tiene tantos años sin prestar el servicio que es evidente su desconocimiento de la norma ambiental: el municipio abrió un basurero irregular, dentro de la zona inundable de la Presa El Ahogado, para depositar ahí los desechos saltenses. Un delito ambiental que deriva de la incapacidad de Caabsa.

En Tlajomulco de Zúñiga, si bien Caabsa mantiene un servicio de regular a malo en la recolección, el principal problema está en el basurero de facto que la empresa generó en la supuesta planta de transferencia de La Cajilota.

No solo ocasiona una contaminación tremenda de la tierra, el aire y el agua subterránea del sur de la ciudad, sino que frena el proyecto de construir ahí una planta de reciclaje, propuesta del alcalde Salvador Zamora.

Guadalajara era la joya de la corona de Caabsa, el primer municipio que le concesionó el servicio y la factura más grande que recibe por el servicio (más de 10 millones de pesos a la semana, en promedio).

Pero ni ahí se salva Caabsa. La propia empresa reconoció que del 9 al 16 de enero tuvo retrasos en la recolección. Personas de colonias como El Sauz, Arboledas del Sur o Lázaro Cárdenas enviaron a este reportero fotografías de las montañas de bolsas de basura acumuladas en calles y camellones, como testigos de la incapacidad de Caabsa.

Hasta el alcalde Pablo Lemus Navarro calificó de “porquería” el servicio de la empresa y, según documentos oficiales, ya se registran los incumplimientos para la no renovación de la concesión.

Ojalá termine esa nociva relación entre empresa y municipios, para mejorar el servicio a la gente y saldar las cuentas históricas con Caabsa, frente a una gestión que raya lo criminal en materia ambiental.

Twitter: @jcrtoral

jl/I