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El Cielo de basura en Tonalá

El Ayuntamiento de Tonalá ya comenzó la operación de una nueva estación de transferencia de basura, a la que llama El Cielo, pese al rechazo de habitantes de los alrededores.

Este sábado fuimos a dar un recorrido por el lugar, a invitación de vecinos de colonias como La Jauja, Pajaritos o Valentín Campa, que se encuentran en la cercanía y rechazan que la basura del municipio se deposite, aunque sea temporalmente, cerca de sus casas.

El predio está en una zona elevada, por lo que vecinos señalan, por puro sentido común, que en tiempos de aguas los lixiviados que se acumulen en el lugar podrían escurrir hacia sus domicilios.

Justo junto al predio, de aproximadamente 3 hectáreas, hay un bordo de agua donde vimos ganado tomar líquido.

En los alrededores inmediatos no hay mancha urbana, como señala el municipio, pero sí hay ranchos, establos donde venden pajaretes y otro tipo de negocios y viviendas.

En la parte baja, aproximadamente a un kilómetro, en la dirección por donde corre el agua de forma natural, sí hay cientos de viviendas y también cuerpos de agua.

Según pudimos constatar en la red hidrográfica que tiene mapeada el Inegi, existen dos cauces de agua, uno que corre al norte y otro al sur del terreno donde ya es depositada la basura recolectada en el municipio.

En las instalaciones fueron construidas fosas de captación de lixiviados y geomembranas que funcionan como barreras para evitar, en lo posible, que los desechos líquidos de la basura se infiltren hacia los mantos acuíferos subterráneos.

Las autoridades de Tonalá han prometido que darán un buen manejo a la planta, por lo que los residuos que lleven ahí los camiones recolectores no permanecerán más de 48 horas antes de ser retirados en góndolas para enterrar los desechos en algún basurero, como el privado que opera Enerwaste en Zapotlanejo.

Sin embargo, las y los vecinos temen que los cuerpos de agua cercanos se puedan ver afectados en poco tiempo.

También que cuando llegue el temporal, las inundaciones documentadas que ocurren frecuentemente en La Jauja ahora tengan un componente aún peor: aguas contaminadas por la basura.

El municipio promete que la estación de transferencia será temporal y en máximo un año será retirada la infraestructura y toda la basura del lugar.

Pero los habitantes opositores temen que pueda repetirse la historia de lugares como Matatlán, un basurero que hace años fue abandonado y que recientemente fue reactivado por la empresa Caabsa Eagle, responsable, en buena parte, de la crisis de gestión de residuos que enfrenta la ciudad y que en cada etapa genera conflictos socioambientales como el que inició El Cielo.

En Matatlán, autoridades y Caabsa prometieron que funcionaría una estación de transferencia, donde la basura no permanecería por muchas horas y por tanto no habría afectaciones hacia los vecinos. Ocurrió todo lo contrario.

Matatlán, en los hechos, no operó como estación de transferencia, sino como un tiradero a cielo abierto donde se acumularon más de 100 mil toneladas de basura en un periodo de más de un año, hasta que el sitio fue clausurado. Por cierto, hasta el momento no se han retirado todos los desechos irregularmente depositados ahí.

Más allá de promesas del gobierno municipal que encabeza Sergio Armando Chávez Dávalos, hay pocas garantías para los vecinos de que el sitio será manejado, ahora sí, ejemplarmente.

Por eso es importante que se permita a la gente involucrarse en todo el proceso, que se transparenten los documentos completos de la autorización ambiental y que su voz sea escuchada para que El Cielo no termine siendo otro infierno de residuos sin control.

Twitter: @jcrtoral

jl/I