La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) previó este martes que la desaceleración económica en México en 2024 y 2025 será levemente mayor que la que estimó en su anterior informe de septiembre.
En ese análisis de perspectivas, cifró el crecimiento económico del producto interior bruto (PIB) de México en el 0.8 % para 2025 y en el 1.3% para 2026.
Ahora, en el documento que ha divulgado este martes, rebaja levemente esas cifras de crecimiento: al 0.7 % en 2025 y al 1.2 % en 2026. Para el 2027 estima un repunte del 1.7 %.
En 2022, México creció el 3.7 %; en 2023, el 3.2 % y en 2024, el 1.2 %
Según la OCDE, esta moderación responde a una combinación de factores: la moderación en el consumo privado, la desaceleración del empleo formal, la debilidad en las exportaciones automotrices y la depresión de la inversión privada debido a la incertidumbre por la guerra comercial desatada por Estados Unidos.
“El gasto y la inversión públicos seguirán contenidos debido al proceso de consolidación fiscal. Las exportaciones se verán afectadas por aranceles más altos y por la incertidumbre. La baja en las tasas de interés dará cierto impulso a la inversión, pero su recuperación será gradual debido a la persistente incertidumbre”, indica el informe.
Además, apunta que la implementación de un marco fiscal de mediano plazo ayudaría a reducir el déficit y a crear espacio para inversiones que impulsen la productividad, especialmente en educación.
El organismo recuerda que el Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que se revisará el próximo año, ha funcionado como un escudo importante frente al aumento de las restricciones comerciales y la incertidumbre.
La OCDE también señaló que el Banco de México ha continuado su ciclo de relajación monetaria, reduciendo la tasa de referencia a 7.25 % en noviembre y que según sus proyecciones, la tasa podría llegar a 6,25 % para finales del 2026.
En este sentido, el organismo consideró que pese a que la inflación disminuirá de manera gradual, “las perspectivas tanto para el crecimiento como para la inflación siguen siendo inciertas”.
Explicó que esto se debe a la alta exposición de México al mercado estadounidense, la desaceleración prevista en Estados Unidos y unas condiciones financieras más estrictas, lo que podría afectar “más de lo anticipado” a las exportaciones y la inversión.
“Además, un aumento en la aversión global al riesgo y la volatilidad cambiaria podría elevar los costos de endeudamiento soberano y restringir aún más el espacio fiscal. Un posible incremento de aranceles a las importaciones mexicanas provenientes de países sin acuerdos comerciales podría generar presiones adicionales sobre los precios”, detalló.
No obstante, reconoció que una reducción de la incertidumbre, si se logra una renegociación rápida del T-MEC, podría impulsar la inversión y las exportaciones con más fuerza de la actualmente prevista.
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