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Impronta se hace cargo de sesgo en su catálogo

ASISTE. Todos los libros de Impronta pueden conseguirse en su librería, ubicada al centro de la ciudad en la calle Penitenciaría 414, de la colonia Americana. Tiene un horario de lunes a viernes de 9 a 17 horas. (Foto: Grisel Pajarito)

Las formas en las que la independiente y local Impronta Ediciones elige sus títulos son muy particulares. Conformado por cuatro profesionales, los libros que se realizan en el taller de ediciones ubicado en la colonia Americana, hechos con métodos de impresión artesanales, con tirajes máximos de 450 ejemplares, hacen que el proceso sea lento y que los costos suban, lo que les hace elegir títulos más bien breves: una vez que el libro está listo y editado cuesta tres meses hacer la composición tipográfica, formar las páginas sobre la mesa y hacer la impresión en las prensas antiguas, para luego encuadernar y coser a mano.

Este proceso es pertinente para explicar que en los años que llevan trabajando, y aunque su catálogo no es muy extenso, hasta ahora no habían publicado a una mujer. En entrevista con NTR, Carlos Armenta, uno de los editores del proyecto, confirmó que este año decidieron hacerse cargo de este sesgo.

“Habíamos descuidado de alguna manera el catálogo de Impronta y no había publicada ninguna mujer”, contó, “esto es algo que estamos buscando este año, había sido una negligencia de parte de nosotros, sucede que te vas dejando llevar por las obras de los autores que vas encontrando y que te gusta y de pronto tienes un catálogo lleno de hombres… nosotros creemos que es importante y que esto no puede paliarse por pensar que nos enfocamos en la calidad”.

Además de las tres ediciones que ya están planeadas, Armenta señaló que en la mira están, por ejemplo, Una habitación propia de Virginia Woolf, de la que ya han revisado traducciones para dictaminar si será posible. Ya en noviembre, además, saldrá la traducción de Lady cycling, una pieza de la escritora inglesa F. J. Skin, dirigida a las mujeres para aprender a andar en bicicleta, como un derecho fundamental relacionado con la emancipación.

El primero de este año es Palabras migrantes, el libro de Verónica Gerber Bicecci que ya está disponible en su librería , es una edición bilingüe traducida por Christina McSweeney, quien también tradujo en su momento Conjunto vacío, y que hace comentarios del texto en tiempo real a partir de su experiencia como hablante de dos lenguas. Es que el libro es una crónica que Gerber realizó a partir de unos talleres que dio con niños de origen hispano en Wyoming, donde les pedía que realizaran emojis dibujados relacionados con palabras como migración, traducción y otras similares, con la finalidad de generar reflexiones sobre la identidad y cómo se sentía estar constantemente entre el español y el inglés y cómo lo viven los niños y las niñas.

“Sus otros dos libros tienen un tono un poco más personal e íntimo, en este último se aleja un poco de ese estilo para que otros personajes tengan más voz”, contó Armenta.

“Nos gusta que las piezas de alguna forma dentro de todo eso que es el libro tenga ciertos gestos y ciertos guiños que sean capaces de ampliar la experiencia de la lectura, en este caso los comentarios de la traductora y los dibujos de los niños convivan perfectamente con el texto”.

Este libro se va a presentar en Guadalajara durante el verano, después de darlo a conocer en el Museo de Arte Contemporáneo (Muac) en Ciudad de México.

En cuanto a la poesía, se espera que durante el verano se publique una antología, aún sin título, de Kimberly Kruge, un poeta joven de origen estadounidense que escribió textos sobre su experiencia de vivir en Guadalajara: la ciudad, sus paisajes y su decisión de quedarse aquí. Una caminata por San Juan Bosco, o el viaje en taxi escuchando Radio María.

Los entre 15 y 20 poemas de Kimberly son traducidos por Claudia Rangel. “Nos pareció que el texto plante temas importantes y que su voz lírica tiene mucha fuerza sin anclarse en formas de ritmo y metro convencionales”, dijo Armenta.

Para seguir aportando a la colección del proyecto Grieta papeles insurrectos, junto con Territorio y Tinta Limón, publica textos que hablan directamente de temas políticos que, además, atraviesen el ensayo. Esta vez publicarán Escupir en Hegel de Carla Lonzi, una escritora de los 70 que fue parte de la Rivolta Feminista en Italia. Este es un libro clásico del feminismo italiano que propone que en varios de los sistemas filosóficos, la mujer nunca ha aparecido como sujeto trascendente. No sólo en Hegel, sino de Marx y de Engel.

“Dice por ejemplo que esa revolución de la que hablaban no es más que una reforma del sistema patriarcal y que no buscaba la igualdad, sino que los hombres se lleven mejor con los hombres mientras las mujeres continúan con los trabajos domésticos”, dijo el editor.

La preventa de este libro publicado en impresión risográfica, comenzará en septiembre.

“Habíamos descuidado de alguna manera el catálogo de Impronta y no había publicada ninguna mujer”
Carlos Armenta, editor

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