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El noroña
Justificación
El jueves 22 de mayo, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la aplicación de un impuesto de 3.5 por ciento sobre las remesas enviadas desde dicho país. Este impuesto forma parte del proyecto One Big Beautiful Bill de la administración de Donald Trump. Si el Senado estadounidense aprueba dicho proyecto, el impuesto entrará en vigor en 2026.
El impuesto a las remesas es relevante dada la importancia que tienen estas para la economía mexicana. El año pasado, las remesas ascendieron 64 mil 745 millones de dólares (mdd). Esta cifra es equivalente, aproximadamente, al 3.7 del PIB anual del país. Particularmente, en este año y el siguiente, se espera que las remesas superen los 65 mil mdd.
Los estados más perjudicados por el impuesto estadounidense serían Guanajuato, Michoacán y Jalisco. El año pasado, dichas entidades recibieron, respectivamente, 8.7, 8.7 y 8.5 por ciento del total de las remesas. En 2026, los impuestos a las remesas destinadas hacia dichos estados podrían superar, respectivamente, los 198, 198 y 193 mdd.
¿Qué puede hacerse para proteger las remesas del mencionado impuesto? Dado que el proyecto todavía debe aprobarse en el Senado estadounidense, México podría cabildear directamente con los senadores para evitar su aprobación. Los senadores de California, Texas e Illinois podrían ser potenciales aliados dados los elevados porcentajes de votantes latinos en dichos estados.
El gobierno mexicano podría cabildear con los senadores estadounidenses con base en los efectos de los impuestos en el comercio entre México y Estados Unidos. Los estudios económicos podrían ayudar a convencer a los legisladores. Las cámaras de comercio binacionales y las organizaciones hispanas también podrían apoyar dicho cabildeo.
El gobierno mexicano también puede objetar los impuestos estadounidenses dado que involucran procesos de doble tributación. Los mecanismos internacionales de resolución de controversias de la Organización de Libre Comercio y del TMEC podrían ser útiles en ese sentido. Los organismos internacionales además también podrían apoyar la objeción del país.
México no es el único país perjudicado con el impuesto a las remesas. Por esa razón, la cooperación del gobierno mexicano con otros países que reciben remesas sería conveniente y pertinente. El uso de estrategias conjuntas y coordinadas de cabildeo y negociación con Estados Unidos facilitaría que hubiera mejores acuerdos para todos los países involucrados.
Hoy, México cuenta con los medios diplomáticos, legales y económicos necesarios para evitar la entrada en vigor de los impuestos a las remesas. El éxito dependerá de una estrategia coordinada que combine el cabildeo efectivo en el Senado estadounidense, la colaboración con otros países, y el uso de mecanismos internacionales de resolución de controversias.
En mi opinión, la protección de las remesas no solo es necesaria para mantener relaciones económicas saludables entre México y Estados Unidos, sino también para el bienestar de millones de familias mexicanas. Hasta septiembre de 2025 habrá una ventana de oportunidad para actuar y buscar alternativas que beneficien a todos. Esperemos que sea aprovechada.
*Economista e investigador de la UdeG
[email protected]
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