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Lucha contra el tiempo y la muerte

El 2022 para Jalisco ha sido un año marcado por la búsqueda. Miles de familiares de personas desaparecidas han recorrido a lo largo y lo ancho del estado decenas de cerros, bosques, fincas y terrenos baldíos contribuyendo al hallazgo de 40 fosas entre enero y octubre, de acuerdo con la Plataforma de Seguridad.

Jalisco, en los últimos años, ha destacado por ser la entidad con el mayor número de cuerpos exhumados en fosas clandestinas. Las madres buscadoras no han parado y encontrar a sus seres queridos se ha convertido en su labor cotidiana. Entre la desconfianza hacia las autoridades y la esperanza, exponiendo su propio cuerpo y con limitados recursos, hacen todo lo necesario para garantizar la digna exhumación e identificación de los cuerpos, para darle a cada persona encontrada su nombre y apellido.

Ante dicha labor titánica, el 29 de noviembre, en el marco del Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos, la ONU-DH hizo un llamado a las autoridades para que reconozcan a las madres buscadoras como defensoras de los derechos humanos y aseguren su protección ante los riesgos que implica su labor y al romper con los roles de género que tradicionalmente les han sido impuestos.

En un escenario que obliga priorizar la búsqueda en muerte, en noviembre la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas (FEPD) hizo pública su plataforma web que constituyó un esfuerzo importante de informar sobre su labor, de rendir cuentas y contribuir para la búsqueda, además de reflejar un avance en términos de transparencia, frente a la opacidad con la cual se ha caracterizado por años.

Si bien existen áreas de oportunidad para complementar la información compartida, un paso pionero a nivel nacional y significativo para la implementación de la Ley de Personas Desaparecidas fue la publicación del Registro Estatal de Fosas. Las bases de datos abiertos de dicho registro resultan fundamentales para el acceso a la información y la verdad; no obstante, todavía falta homologar la información sobre fosas clandestinas de todas las dependencias de la Fiscalía local, incorporar los datos de las fosas comunes, y contemplar en el registro histórico de fosas no solamente la información relativa a las fosas localizadas durante la actual administración.

Recientemente, el gobernador de Jalisco calificó el aumento de hallazgos de fosas como un resultado positivo de las labores institucionales de búsqueda. La finalidad de la búsqueda es localizar a las personas desaparecidas, incluida la identificación forense. Al respecto, de acuerdo con la plataforma de la FEPD alrededor de 50 por ciento de las personas exhumadas de fosas clandestinas logran ser identificadas, confirmando el dato que han documentado las organizaciones civiles. Es inadmisible hablar de avances en la búsqueda si solamente a una de cada dos personas encontradas en las fosas se les identifica, cuando las familias sacrifican sus vidas y mueven cielo y tierra por tener respuestas.

Para lograr verdaderos resultados en la materia es fundamental privilegiar la identificación humana, generar esfuerzos integrales para combatir el rezago forense y fortalecer las capacidades institucionales para dar identidad a las personas y garantizar una restitución digna. En Jalisco la creación del Centro de Identificación Humana constituyó un paso sustancial, sin embargo, ante la necesidad de identificar los cuerpos que se van sumando cada día, no se puede dejar de lado la urgencia de consolidar herramientas como los registros forenses, y de reforzar los trabajos de identificación ordinarios.

Las familias buscan por su propia cuenta, realizando una labor que no debería existir, sabiendo que el tiempo es un recurso limitado ante los riesgos e impactos que ocasiona la angustia de no saber. No debemos olvidar que el Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada observó que, en México, bajo las condiciones actuales, serían necesarios 120 años para identificar todos los cuerpos sin identificar, sin contar los nuevos cuerpos. Ante ello, es aún más urgente dar pasos firmes para el fortalecimiento institucional de servicios forenses para la recuperación de la identidad de quienes nos faltan, y ojalá la disminución de los recursos asignados para 2023 para el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses no afecte este proceso.

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jl/I