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“Mi padre deja un legado a la humanidad”: Botero Zea

LEGADO. El hijo del famoso artista colombiano asegura que su padre tuvo una vida y una muerte extraordinarias. (Foto: Archivo NTR/Notimex)

El maestro Fernando Botero, fallecido el viernes a los 91 años en Mónaco, deja un inmenso legado no solo para la historia del arte sino como filántropo, asegura su hijo del mismo nombre, quien lo define como un enamorado de Colombia y del Mediterráneo.

Fernando Botero Zea, hijo mayor del artista colombiano de talla universal, dijo en entrevista con Efe de la faceta más humana del pintor y escultor y lo recuerda como un gran padre, pero también como un hombre que jugó un papel muy importante en la historia del arte y que tuvo una enorme generosidad para Colombia y para el mundo.

“Su legado es de gran importancia a nivel artístico y cultural en el sentido de que fue una persona que innovó, y también diría que dejó una enseñanza en términos de la filantropía”.

La grandiosidad de la obra de Botero, caracterizada por las formas de sus figuras voluminosas que le dieron fama mundial y que no le gustaba llamar “gordas”, le fue reconocida en vida y exaltada junto con su generosidad tras su fallecimiento, por el cual el gobierno colombiano decretó tres días de luto nacional.

“Creo que, habiendo tenido un origen muy difícil, una infancia en la pobreza, él quiso, cuando tuvo éxito profesional y económico, compartir esos frutos con muchísimas personas”, dice su hijo al recordar las donaciones que hizo de centenares de pinturas y esculturas suyas al Museo de Antioquia (Medellín) y al Museo Botero (Bogotá), así como a docenas de museos alrededor del mundo.

Según Botero Zea, pese a que su padre tenía residencias en lugares como Pietrasanta (Italia) o Mónaco, siempre tuvo un interés muy profundo en el acontecer nacional y estaba enterado de todo lo que pasaba en el país.

No obstante, el maestro Botero había manifestado su deseo de ser sepultado en Pietrasanta, que “obedece no tanto a un factor de estar en un país o en otro sino a estar al lado del amor de su vida (su última esposa, la artista griega Sophia Vari, fallecida en mayo pasado). Pero el corazón de mi papá pertenece a Colombia y eso es absolutamente claro”.

“A él lo afectó de manera muy profunda la muerte de su esposa y compañera de vida Sophia Vari, que estuvo con él casi 50 años. Cuando ella murió fue para él un golpe psicológico y emocional devastador que deterioró también su salud, pero a pesar de eso siguió trabajando hasta el final”, asegura Botero Zea, uno de los tres hijos del primer matrimonio del maestro con la promotora cultural Gloria Zea.

“Y así como tuvo una vida extraordinaria, a mi juicio tuvo una muerte extraordinaria porque (...) murió en paz, murió rodeado de seres queridos y del afecto, me atrevo a decir, de millones de personas que admiran su obra y admiran su trayectoria vital”.

jl/I