Tigres está nuevamente en la final del futbol mexicano, y lo hizo con sufrimiento, magia y un héroe bajo los tres palos. Un gol de Juan Brunetta, tras una genialidad de André-Pierre Gignac, abrió el camino para que los felinos eliminaran a Cruz Azul en el Estadio Universitario.
Gignac dejó una pincelada digna de su legado: un taconazo perfecto que rompió a la defensa celeste y dejó a Brunetta frente al arco. El argentino definió con frialdad ante Gudiño para poner el 1-0 que terminó siendo definitivo.
Cruz Azul reaccionó en el complemento con los ajustes de Nicolás Larcamón. Con Charly Rodríguez y José Paradela en la cancha, La Máquina presionó hasta conseguir un penal tras revisión del VAR. Pero ahí apareció el de siempre: Nahuel Guzmán. El “Patón” adivinó el disparo del “Toro” Fernández y atajó el penal que pudo cambiar la historia.
El cierre se volvió dramático. Tigres defendió con orden, mientras Cruz Azul buscaba el empate. En la recta final, Juan Purata marcó en propia puerta para acercar al conjunto celeste, pero el tiempo ya no alcanzó.
La nota amarga para Cruz Azul fue la lesión de Jesús Orozco Chiquete, quien salió con fuerte dolor en el tobillo y podría perderse la Copa Intercontinental ante Flamengo.
Con Gignac inspirado, Brunetta efectivo y Nahuel en modo héroe, Tigres ya piensa en la gran final ante Toluca, donde buscará un nuevo título para su era dorada.
GR









