El presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos incautó un buque petrolero frente a las costas de Venezuela, intensificando el enfrentamiento con el gobierno del mandatario venezolano, Nicolás Maduro.

El jefe de la Casa Blanca aseguró que se trata del “más grande jamás incautado” y afirmó que la acción se llevó a cabo “por una muy buena razón”, aunque no ofreció detalles.

De acuerdo con fuentes estadounidenses, la operación fue ejecutada en la madrugada por la Guardia Costera, con apoyo de la Marina, bajo la autoridad de leyes federales. Miembros de la Guardia Costera descendieron desde helicópteros enviados desde el portaviones Gerald Ford y aseguraron la embarcación, identificada como el petrolero Skipper. Videos difundidos por la secretaria de Justicia, Pam Bondi, muestran a los agentes abordando el buque con armas desenfundadas.

Funcionarios consultados por agencias internacionales señalaron que el Skipper transportaba cerca de dos millones de barriles de crudo pesado, la mitad de ellos propiedad de un importador estatal cubano, y se dirigía hacia Cuba (o hacia Irán). Documentos de Pdvsa, citados bajo anonimato, indican que el cargamento habría sido vendido por la empresa cubana Cubametales a intermediarios asiáticos.

El Departamento de Justicia recordó que el buque había sido sancionado por su presunta participación en una red ilícita de transporte de crudo que financiaría a organizaciones terroristas extranjeras. Bloomberg añadió que la acción forma parte de una ofensiva más amplia para frenar el flujo de recursos provenientes de petróleo sancionado, movilizado habitualmente mediante empresas fachada, intermediarios y “petroleros fantasmas”.

La autoridad marítima de Guyana informó que la embarcación enarbolaba falsamente su bandera y anunció que tomará medidas por el uso no autorizado.

Hasta ahora, Estados Unidos no ha precisado cuántos tripulantes viajaban en el buque ni su situación jurídica.

GR