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Un año sin Cerati

(Foto: Cortesía)

La huella del músico argentino en Guadalajara fue profunda; dejó amigos, lugares, comidas favoritas, una larga lista de shows, pero sobre todo muchos recuerdos. A un año de su muerte, NTR presenta tres historias que dan cuenta de que su lazo tapatío fue sólido y entrañable.

Hamburguesas de camarón

Sólo hay dos lugares en el mundo a los cuales Gustavo Cerati pedía que lo llevaran apenas aterrizaba en la ciudad: Gray’s Papayas en Nueva York y La Squina en Guadalajara.

Quienes lo conocieron saben que era fanático de las hamburguesas de camarón, las recomendó a todos los músicos argentinos que hasta hoy son clientes asiduos. Joselo Rangel de Café Tacvba fue quien lo llevó al restaurante propiedad de doña Chelita, madre de la cantante Valentina González.

“Nunca lo conocí en persona y mi mamá, que es la más discreta, no se atrevió a acercarse a saludarlo”, recordó. Por ese motivo no hay fotografías en el lugar con ella.

“En 2006 canté en Nueva York y me encontré a Cerati después de una conferencia que dio en el Latin American Music Conference y lo perseguí para darle mi demo y no se portó el más amable. Por la noche fuimos a una fiesta y me lo encontré. Me acerqué de nuevo y le dije que mi mamá era la propietaria del restaurante de las hamburguesas de camarón y le dije ‘queríamos agradecerte que seas un buen comensal’. Se emocionó y cambió su actitud, se puso como groupie de mi mamá y le rogó que abriera una sucursal en Buenos Aires”, relató Valentina, que por sus constantes viajes pocas veces coincidió con las fechas de concierto del argentino en la ciudad.

En noviembre de 2007, previo al concierto de Soda Stereo en el Estadio 3 de Marzo en su gira de reencuentro, Gustavo acudió a La Squina. Pidió al gerente hablar con Valentina, la llamaron a su casa y ella se negó a ir al sitio a saludarlo. “Atravesaba una situación sentimental difícil. Gustavo preguntó por mí, estaba tan mal que le dije que esperaba que tuviera un gran show, que no podía ir y sería para otra ocasión. Ya no tuve oportunidad de volver a verlo”.

Valentina González aseguró que uno de sus ingenieros tenía un plan de hacer un food truck de hamburguesas de camarón, hablaron de asociarse, pero no se concretó el proyecto.

Un electroshock

El trío de música electrónica Telefunka grabó con Gustavo Cerati el tema Electroshock que apareció en su disco Casette (2005).

“Lo conocimos por una amiga en común, Julieta Di Santo, quien tiene un bar en Buenos Aires. Cenamos juntos y después fuimos a escuchar un DJ, agarramos la fiesta y al calor de las copas le pedimos que grabara con nosotros y aceptó. Nació una historia de amistad que no esperábamos. Cada vez que venía a México salíamos a algunos lugares en Guadalajara”, confió Giancarlo Fragoso, fundador de Telefunka.

Grabaron el tema en el estudio de Gustavo Cerati, quien ensayaba con su banda. “Además de ser uno de los mejores guitarristas y vocalistas del rock latino, nos dimos cuenta que era un gran conocedor de software, cables y micrófonos, además de hacer buenas canciones, hacía bien la cosas”.

Para 2007 en la gira de reencuentro de Soda Stereo, Cerati les pidió organizar el after party en un bar. “Nos pidieron que no lo subiéramos al escenario a cantar. Dimos el show, Gustavo se fue detrás de mí al bajar del escenario y me preguntó por qué no lo habíamos invitado a cantar Electroshock. Le dije que nos daba pena y nos pidió que hiciéramos el tema en vivo, prendimos todo de nuevo y tocamos juntos”.

A pesar de mantener una relación cercana, sólo hay una fotografía que registra su encuentro tras la grabación Electroshok. “No queríamos colgarnos de él, quisimos respetar mucho que todo salió de forma natural”, recordó Giancarlo Fragoso.

Influencia tapatía

El DJ César Cosío recuerda que fue gracias a Juan Carlos de la Torre de la empresa Morsa, que Soda Stereo tocó por primera vez en Guadalajara a finales de los años 80.

Primero hicieron un showcase en el salón Osiris, después tocaron en la pista de hielo que tenía un hotel ubicado en las avenidas López Mateos y Moctezuma.

“Tuvimos la oportunidad de hacer una gira por el norte del país con Soda Stereo y Rostros Ocultos de quien era su manager; convivimos mucho en la época del disco Doble vida (1988). Soda tenía a Guadalajara como segunda casa, nunca tuvieron el recibimiento que le dieron los tapatíos”, recordó Cosío.

Como muchos de los discos que tocaba en las fiestas de Organización Zeppelin, trajo directo de Argentina Signos (1986), pero al grupo lo conocía desde su primer álbum.

“Siempre le dije a Gustavo que en la canción de Vitaminas encontraba el riff que había escuchado con Sombrero Verde (hoy Maná) y me confirmó en una ocasión que había un grupo de amigas que vivían aquí a principios de los 80, regresaron a Argentina con varios cassettes y por alguna razón cayeron en manos de Gustavo, de Charly Alberti y de Zeta Bosio. Se puede escuchar la influencia de Sombrero Verde, estaban explorando caminos por el new wave, los influenció The Cure, pero encontraron su propio sonido”, explicó César Cosío.

En Guadalajara hicieron muchos amigos desde sus primeras visitas con Soda Stereo, no llegaban a hoteles, se quedaban en casas y Gustavo mantuvo amigos músicos y técnicos por más de 20 años.

Cerati en la ciudad

Gira Inmoral: Hard Rock Live (1999)
Bocanada al revés: Hard Rock Live (2000)
Gira Siempre es hoy: Concha Acústica del Parque Agua Azul (2003)
Gira Roken: Instituto Cultural Cabañas (2004)
Presenta Canciones elegidas 93-04: Concha Acústica (2004)
Presenta Ahí Vamos: Teatro Diana (2006)
Gira con Los Tres y Zoé: Arena VFG (2006)
Presenta Fuerza Natural: Auditorio Telmex (2009)

Encuentros naturales

Karina Alcázar Valera encontró a Cerati en el Bar Americana (antes Puerta 22) en el after party, después de su show en el Auditorio Telmex en 2009. “Después de varias horas, con el lugar medio vacío salió a saludar y tomarse algunas fotos. El bar tenía una galería de pinturas en la parte superior y en eso se centró la plática”, compartió.

Martha Reyes encontró a Gustavo Cerati en Tlaquepaque en 2007 mientras compraba artesanías. “Su guardaespaldas nos dijo que no podíamos acercarnos y Gustavo dijo: ‘Dale, sólo una foto’. Le di un abrazo, olía a cigarro y a limpio’.

Sonia Meléndrez tuvo la oportunidad de entrar al after party que Telefunka organizó tras el show del reencuentro de Soda Stereo en Guadalajara en 2007. “Nos dijo que uno de sus lugares favoritos de México era Tulum y viajaba seguido a esa playa. La fiesta acabó cerca de las ocho de la mañana”, recordó.

Aurea Chávez ganó un pase para backstage después de su concierto en la Arena VFG en 2006. “Salió del baño y lo rodearon seis chavas, le dije ‘señor Cerati, ¿me puedo tomar una foto? Se volteó, me dio un beso, le pedí otra porque se volteó. Me firmó mi boleto con un garabato”.

 

DN/I