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Transporte nocturno falló por mala calidad

BENEFICIO. En el estudio de Flores Landeros se hace hincapié en que un sistema de transporte público nocturno podría reducir costos para las y los usuarios. (Foto: Michelle Vázquez)

Guadalajara no cuenta con un sistema de transporte público nocturno porque las iniciativas implementadas anteriormente fracasaron a causa de la mala calidad del servicio que prestaban, concluyó una investigación de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Christian Juan Armando Flores Landeros, especialista en movilidad urbana, transporte y territorio, publicó el trabajo Implicaciones sociales del “Búho Nocturno”. Análisis del uso y apropiación del transporte público nocturno en el Área Metropolitana de Guadalajara, México, en el que evidencia que esa política pública implementada a inicios de la década pasada, el último intento en la ciudad para tener transporte nocturno, fracasó a causa de que no prestó un servicio de calidad, que era lo esperado por las y los usuarios.

El investigador partió del postulado de la necesidad de este servicio en ciudades como Guadalajara dado que hay personas que tienen labores durante el turno nocturno y requieren de traslados. Un sistema de transporte público que preste servicio en la noche podría reducir costos para las y los usuarios.

En otras ciudades de México y del mundo hay sistemas así que se han mantenido por años, pero en Guadalajara apenas duró unos cuantos meses.

El Búho Nocturno fue bien recibido por la población, apuntó Flores Landeros, incluso durante un tiempo las personas preferían usarlo, pues les resultaba mucho más barato pagar el pasaje a este sistema que pagar, por ejemplo, un taxi.

“Llegué a ahorrarme mucho dinero porque si lo usaba varios días mientras existió, en lugar de usar un taxi pagaba los 10 pesos y el camión me dejaba muy cerca de mi casa. Entonces pues en lo económico sí llegué a ver beneficio principalmente… porque de gastarme 100 pesos en un taxi, que era lo que cobraba más o menos de mi trabajo o de la casa de mi novia a mi casa, pues solo me gastaba 10 o 15 y mejor utilizaba el Búho Nocturno”, comentó David al investigador, uno de los usuarios entrevistados.

No obstante, de pronto la frecuencia de paso dejó de ser la habitual, las rutas ya no eran las mismas, tenía menos unidades en circulación y la población debía prolongar sus esperas, por lo que se dejó de usar.

Al ocurrir eso los camiones que quedaban circulaban vacíos y se terminó por retirar al Búho Nocturno. El especialista concluyó que si no funcionó fue por esa caída en la calidad; además, la política pública se lanzó sin tener un proyecto listo: las unidades eran las mismas que en el día y sin luces interiores, no se plantearon puntos de conectividad, no se difundió adecuadamente, entre otras deficiencias.

 

jl/I