La embajadora eminente de México, Marta Bárcena, advirtió que la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, anunciada por la administración de Donald Trump, es anacrónica, parte de diagnósticos equivocados y está destinada al fracaso, aunque antes de ello podría generar graves tensiones internacionales y regionales, particularmente para América Latina y México.
La exembajadora de México en Estados Unidos señaló que el documento retoma la Doctrina Monroe del siglo XIX, con una visión imperial y colonial que resulta incompatible con el contexto del siglo XXI. A su juicio, se trata de una estrategia que privilegia el uso de la fuerza sobre el derecho internacional, el diálogo y la cooperación, principios que habían guiado durante décadas la política exterior estadounidense.
Marta Bárcena cuestionó el diagnóstico que plantea la existencia de una supuesta “crisis civilizatoria” en Europa. Desde su experiencia reciente en ese continente, dicha crisis no existe ya que Europa mantiene una vida política vibrante, avances en innovación y una juventud comprometida, aunque sí enfrenta una amenaza real por parte de Rusia, aspecto que la estrategia estadounidense no reconoce con la seriedad necesaria.
En el caso de América Latina y el Caribe, la diplomática reconoció que el crimen organizado transnacional es una amenaza que debe enfrentarse de manera conjunta, pero criticó que el documento estadounidense considere a la migración, en términos generales, como un riesgo para la seguridad. Subrayó que la migración es un fenómeno histórico y necesario, especialmente para economías como la estadounidense, y que el verdadero problema radica en el tráfico y la trata de personas, ambos controlados por el crimen organizado.
La exembajadora alertó además sobre uno de los puntos más preocupantes del documento: el anuncio de una mayor presencia militar de Estados Unidos en el llamado “hemisferio occidental”. Recordó que durante décadas América Latina ha impulsado la cultura de la paz, con esfuerzos emblemáticos como el Tratado de Tlatelolco para la desnuclearización de la región, y consideró alarmante que ahora se plantee una mayor militarización del continente.
Para México, el riesgo es mayor, ya que la estrategia contempla el despliegue selectivo de tropas en la frontera y el uso de fuerza letal contra los cárteles, sin mencionar mecanismos de entendimiento o coordinación con el gobierno mexicano. Esto, advirtió, rompe con años de trabajo bilateral orientado a construir una frontera moderna, cooperativa e innovadora, y abre la puerta a una escalada militar innecesaria.
Bárcena sostuvo que las principales debilidades de la estrategia estadounidense son sus diagnósticos erróneos, la ruptura con aliados históricos como Europa y la OTAN, el desprecio por el multilateralismo y la pretensión de imponer unilateralmente los intereses de Estados Unidos, incluso limitando la soberanía de otros países al rechazar la presencia de actores extrahemisféricos como China o Rusia.
Finalmente, consideró que este enfoque marca el fin de la Pax americana, es decir, del liderazgo estadounidense basado en la defensa de la democracia, los derechos humanos y las instituciones internacionales. Aunque anticipó que la estrategia no tendrá una larga vida, advirtió que mientras esté vigente puede provocar inestabilidad, tensiones diplomáticas y riesgo de intervención para países como México, por la reciente declaración del fentanilo como arma de destrucción masiva y la designación de los cárteles como organizaciones terroristas.
La embajadora concluyó que estas decisiones parecen sentar las bases para justificar intervenciones de Estados Unidos en la región, por lo que llamó a mantener un análisis crítico y un diálogo constante frente a un escenario internacional cada vez más complejo.
GR










