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La Bombilla, dulce tradición


Doraditos, espolvoreados de azúcar y canela, y acompañados por una taza de chocolate espumeante. Éste es el menú principal que se sirve en La Bombilla, churrería que ha conquistado a lo largo de los años el corazón y el paladar de cientos de tapatíos.

Ubicados en el 751- A  de la calle Manuel López Cotilla, en la colonia Americana, frente al Parque Rojo, este lugar se ha convertido en una tradición para muchas generaciones que siguen su sabor desde 1952, año en el que abrieron sus puertas.

Martín González, actual dueño del lugar, relató que la churrería perteneció en un principio a dos españoles, uno de ellos se convertiría en su tío. Años después, su padre entraría a trabajar a la churrería y, con el paso del tiempo, llegó a convertirse en el dueño.

“La idea, desde el nombre la trajeron de España; poco a poco el lugar fue ganado clientes a base del cariño que le ponían a la elaboración de los productos, la dedicación y la fidelidad a la receta original, aunque también contó la amabilidad del personal, que nos ayudó mucho”, dice Martín González.

Anteriormente La Bombilla sólo ofrecía a sus comensales sus famosos churros, así como tres tipos de chocolate para acompañarlos: español, mexicano y francés; también café americano y con leche. Sin embargo, con el cambio de generaciones y la modificación en el gusto de los clientes, se decidió agregar mayor variedad de bebidas y productos fríos.

“Se incorporaron malteadas, frappés, helados fritos y  más cosas. Cuando llegaron las bebidas frías tuvimos un aumento considerable de la clientela”, señala el propietario de La Bombilla.

Como en todos los sitios tradicionales de la ciudad, La Bombilla tiene sus historias qué cantar. Como la de aquella pareja que decidió celebrar en la churrería su 50 aniversario de matrimonio pues e habían conocido justamente en este lugar.

Aunque La Bombilla es reconocida por su actual ubicación, el actual es su tercera sede, ya que originalmente se encontraban en una esquina de Álvaro Obregón, para después pasar a la Avenida Juárez y de ahí, a su actual ubicación, frente al Parque Revolución.

Antigua decoración

Martín González recalcó que, a pesar de los años, la churrería conserva la decoración original; sillas, mesas y cuadros sólo han sido restaurados o repintados para que sigan dando el toque característico a la churrería. La estufa, por ejemplo, es la misma desde hace 65 años.

 “La máquina de los churros es la única que ha tenido modificaciones, ya que en ese entonces era de cobre al igual que los casos; como no era muy higiénico, se cambiaron a acero inoxidable”, señala el propietario.

“La receta es la misma también, aunque nos ha costado un poco mantenerla por las modificaciones en las harinas; sin embargo, no hemos dejado de mantener el sabor”, agrega.

Aunque Martín González dice no ser fanático de la tauromaquia, en las paredes de La Bombilla cuelgan decenas de cuadros alusivos a la fiesta brava, pasión de su primer dueño. Las imágenes se han convertido en uno de los aspectos que dan identidad al lugar.

 “A mi tío le encantaba lo taurino y él fue quien empezó a adornar con estos recuerdos. Lo que hicimos fue darle continuidad”.

La Bombilla tiene un lugar muy especial en la vida de Martín González,  ya que invirtió tiempo y esfuerzo para conservarla, ya que hubo ocasiones en que se pensó en cerrarla.

“Al saber que a mi papá le dio por venderla, mi familia me convenció de que continuara con la tradición, y, por ello me animé a seguir con el negocio. Hoy puedo decir que no me arrepiento” concluye.

Tendrán sucursal

En La Bombilla se prepara la apertura de una sucursal, que tendrá como sede Plaza Patria. Martín González afirma que el nuevo sitio replicará el ambiente y comodidad de la matriz

Como parte de la demanda actual de este lugar, Martín González adelantó que ya se trabaja en la apertura de una sucursal que, tendrá lugar en Plaza Patria y que conservará absolutamente todo lo que se tiene en el lugar de ahora.

“La misma clientela nos lo ha pedido. Aquí hay ocasiones en que ya no caben más clientes, pero la idea es acercar la sucursal a otros de nuestros comensales habituales. La que atendería allá ya sería la cuarta generación”, señala.

Además, se tiene pensado agregar a la carta una bebida que llevará el nombre de La Bombilla, y será un chocolate con sabor más amargo.

Para asistir:

Sábado a viernes: 17:30 a 23 horas

Martes: permanece cerrado

da/i