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Sacan agua limpia… para desperdiciarla

POR LA SUBCUENCA. La estación Atemajac acapara el mayor volumen de agua que se bombea de la Línea 1 del Tren Ligero. (Foto: Especial)

Los tramos subterráneos de las líneas 1 y 2 del Tren Ligero de Guadalajara, al atravesar zonas bajas de diferentes cuencas altamente saturadas de agua freática, ocasionan pérdidas permanentes del recurso natural de buena calidad.

Mensualmente, un total de 63 bombas hidráulicas distribuidas en ambas líneas desalojan más de 17 millones 538 mil litros de agua exclusivamente de origen freático, es decir, que fluye de manera subterránea tras un largo proceso de precipitación y absorción a kilómetros de distancia.

De acuerdo con información del Sistema de Tren Eléctrico Urbano (Siteur) aportada a través de una solicitud de transparencia, las estaciones donde este perjuicio es mayor, en la Línea 1, son Atemajac, División del Norte, Mexicaltzingo y Washington, pero la primera es la que acapara el mayor volumen, pues de ahí se bombean 7 millones 983 mil 200 litros al mes correspondientes a agua de la subcuenca de Atemajac.

Incluso desde el cruce de las avenidas Fidel Velázquez y Federalismo se puede observar que permanentemente fluye un cauce limpio debajo de las vías del tren, pero cuando el caudal crece en temporada de lluvias, la velocidad del transporte masivo disminuye al llegar a ese punto o incluso se detiene por minutos mientras las bombas desalojan el líquido. De ese volumen, sólo se bombea una parte a una planta del Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (Siapa) que Siteur negó especificar.

División del Norte, estación ubicada en Federalismo casi esquina Circunvalación, es la que le sigue a Atemajac al bombear 2 millones 500 mil litros mensuales de agua subterránea de la misma subcuenca. De hecho, ese punto está a solo 190 metros de distancia del manantial Los Colomitos, que quedó parcialmente invadido por un fraccionamiento. Se trata de agua del mismo sistema hidrográfico.

En la Línea 2, las estaciones San Jacinto, La Autora y San Andrés, al oriente de Guadalajara, son de las que más agua se extrae de la infraestructura férrea, pues tan solo de la primera se alcanzan los 6 millones 603 mil litros de agua subterránea mensuales. 

Se trata de la cuenca de San Andrés, por donde solía fluir el arroyo de mismo nombre que fue entubado durante la segunda parte del siglo 20 y que a inicios del mismo alimentaba a una galería filtrante subterránea para el abasto de la población tapatía hacia 1929. Hoy, esa agua se desecha.

UNA MEGA FUGA 

Para el investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y especialista en gestión del agua, Arturo Gleason Espíndola, el que se bombeen más de 17 millones de litros mensuales del Tren Ligero provenientes de mantos freáticos es equivalente a que éstos tuvieran una gran fuga que, por falta de medición, genera un perjuicio para las reservas de la ciudad en el futuro.

“Es un desperdicio, porque hay un tipo de aprovechamiento en Atemajac, pero es muy limitado, aunque se capta algo los excedentes se van al drenaje. Esto desequilibra el balance hídrico, que es la entrada de agua por la lluvia y la salida; en este caso, el agua que debiera estar almacenada en el suelo se ensucia y tiene que desalojarse del tren”, explicó Gleason.

“Es como una gran fuga de agua de nuestra casa que se llama la cuenca, y en la medida en que esto siga va a haber un punto de colapso. (Esto es) para saber cuánto necesitamos las mediciones y no las tenemos por más que hemos insistido”, lamentó el especialista, quien reitera la falta de datos.

“No sabemos a ciencia cierta qué está pasando debajo de nuestros pies; en función de que sepamos cuáles son las trayectorias de los escurrimientos subterráneos, tendrías una visión más clara para hacer obras como el transporte público, (pues) se termina viendo al exceso de agua como un problema”.

A decir de Gleason, el problema se agrava porque no solamente es el Tren Ligero el que ha perforado los mantos freáticos para fines que no tienen que ver con el aprovechamiento del agua, pues incluso la desechan, sino que hay gran cantidad de torres, pasos a desnivel, estacionamientos, entre otras construcciones, que se han asentado en zonas saturadas del flujo subterráneo que, al “estorbar” en los proyectos, se envía al drenaje en perjuicio del ciclo hídrico.

Es el caso de la zona de Mexicaltzingo, donde un mercado municipal, una tienda departamental, un teatro e incluso un hotel de la zona acopian el agua de mantos freáticos que escurre en sus sótanos y la desechan, se trata de un área por donde fluía el río Arenal durante el siglo pasado y para el cual se construyó el Puente de las Damas, un patrimonio histórico recientemente redescubierto que ya está abierto al público para ser contemplado.

La mayoría

Del total de agua que desalojan las líneas 1 y 2 del Tren Ligero, casi 90 por ciento corresponde a recurso de mantos freáticos

Se va al drenaje

Los 17 millones 538 mil 850 litros de agua subterránea bombeada por Siteur al mes equivalen a 15 mil 944 tinacos domésticos llenos (de mil 100 litros de capacidad), cantidad que deja de estar almacenada en el subsuelo en perjuicio de las reservas futuras de la ciudad

JJ/I