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Acumula Tren Ligero 9 inundaciones en 2 años

AFECTACIÓN. El convoy del Tren Ligero que se inundó el 10 de junio de 2018 quedó gravemente dañado. (Foto: Especial)

Ni estar equipado con 233 bombas para el desalojo de agua subterránea y pluvial ha salvado al Sistema de Tren Eléctrico Urbano (Siteur) de las inundaciones.

De 2017 a la fecha, las líneas 1 y 2 del Tren Ligero han tenido un total de nueve anegaciones que han significado detener el servicio de transporte en perjuicio de 68 mil 888 usuarios, pero además, reparar los daños en los vagones y en la infraestructura eléctrica han significado un coste al erario de 461 mil 72 pesos.

Las estaciones de la Línea 1 que han presentado este tipo de problemas, de acuerdo con una solicitud de transparencia respondida por Siteur, han sido Atemajac, Washington, 18 de Marzo y los tramos intermedios entre ésta última e Isla Raza, así como entre Dermatológico y Periférico Norte, mientras que en la Línea 2 sólo se ha registrado un siniestro en San Juan de Dios, ocurrido el 8 de julio.

En cuanto a esta última inundación, videos revelaron que las escaleras de acceso a la estación se convirtieron en cascadas por la cantidad de agua que se acumuló en la superficie. De acuerdo con el especialista en gestión hídrica, Arturo Gleason Espíndola, este siniestro se debió en parte a una maniobra mal ejecutada durante la construcción de la Línea 2 del Tren Ligero, en 1994.

A decir del especialista, un viejo colector de agua pluvial que se encontraba en el trazo del túnel del entonces nuevo sistema de transporte fue desviado para dejarle el paso libre al tren; sin embargo, quedó en forma de sifón y eso retrasa, hasta la fecha, el ingreso del agua de lluvia, por lo cual se acumula en la vialidad e incluso corre hasta las vías, como ocurrió el 8 de julio.

La reparación de la infraestructura férrea a causa de ese siniestro, que dejó sin servicio al tren durante casi tres horas, implicó un gasto de 95 mil 697 pesos, reportó Siteur.

FALLAN VAGONES

La inundación más grave y prolongada que puso en riesgo a los usuarios a bordo y dejó inservibles dos vagones de la Línea 1 fue la del 10 de junio de 2018, en la interestación Dermatológico–Periférico Norte.

Ese día por la tarde ocurrió una lluvia de 60 litros por metro cuadrado (60 milímetros) que, por las obstrucciones en el arroyo de Atemajac como Plaza Patria y el incremento en el agua que escurre en superficie desde la parte alta de la cuenca debido a la urbanización, generó que el cauce desbordara y corriera por la avenida Patria, lo cual inundó también al centro comercial. 

En cuanto a lo ocurrido en la Línea 1, el problema radicó en que uno de los trenes con dos vagones acababa de partir hacia el sur, pero ya no pudo avanzar por el agua que subía rápidamente y alcanzó a los usuarios, así que un grupo de ciudadanos que observaba desde afuera emprendió su rescate. En total, fueron 4 horas las que estuvo detenido el servicio por ese percance.

Rolando Valle Favela, director del Siteur, dijo en febrero a NTR que en ese siniestro el daño fue mayor por la exposición del convoy al agua, y que, hasta esa fecha, seguía fuera de servicio porque el trámite en la aseguradora estaba siendo muy tardado.

“Uno de ellos quedó bajo el agua, entonces todos los sistemas electrónicos, todos los sistemas eléctricos, toda la protección térmica que tiene entre las láminas se echó a perder, hay que reconstruir todo eso, no es cualquier cosa”, dijo el funcionario en esa ocasión.

Además, recordó que comprar refacciones para las líneas 1 y 2, al estar obsoletas en el mercado, es bastante tardado, pues se mandan a hacer y los fabricantes no siempre les dan prioridad.

A través de transparencia, Siteur señaló que el costo para el erario por la inundación del 10 de junio de 2018 fue de 92 mil 760 pesos.

Cerca de ahí, en la estación Atemajac, ocurrió una inundación el 20 de febrero de 2017, mientras que en Washington sucedió un par de siniestros en los últimos dos años; en 18 de Marzo fueron tres y en Mexicaltzingo sólo uno.

ESTRAGOS. El anegamiento en la estación San Juan de Dios provocó afectaciones para 16 mil 700 usuarios.
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EL TREN, ENTRE FLUJOS DE AGUA

Debido a que las líneas 1 y 2 están construidas entre rutas de agua subterránea de diversas cuencas, el líquido no ha dejado de filtrarse a la infraestructura férrea aún en temporada de estiaje, pues mensualmente son desalojados más de 17.5 millones de litros de agua exclusivamente de mantos freáticos.

De acuerdo con el especialista Arturo Gleason Espíndola, que el agua sea vista como un elemento que estorba o sobra en este tipo de proyectos se debe a que no se considera la función que tiene ese recurso en el subsuelo ni tampoco el perjuicio a futuro que implica bombearlo y desaprovecharlo.

“Yo creo que aquí lo que se debió haber hecho fue estudiar con mucho cuidado cómo se comporta el flujo y establecer las estrategias técnicas pertinentes para que la obra se adaptara a los flujos, pero para terminar ese análisis necesitas tiempo, y la lógica de la obra pública (es hacer) complementarios al proyecto (...) no les importa lacerar un escurrimiento subterráneo, les importa seguir adelante con la obra”, criticó.

Equipados, pero rebasados

  •  A lo largo de las líneas 1 y 2 están instaladas 233 bombas hidráulicas, de las cuales casi 90 por ciento desaloja exclusivamente agua que se filtra en los túneles de los mantos freáticos, mientras el resto corresponde a bombas para emergencias y entrada de agua pluvial
  •  De acuerdo con un especialista en estos equipos consultado por NTR, las bombas instaladas que reportó Siteur cuentan con un caballaje de alta capacidad; sin embargo, estima que las inundaciones se han originado por el gran volumen de agua que ingresa en poco tiempo, insuficiente para desalojarlo antes de que se rebase el nivel de las vías del tren y se detenga el servicio.

JJ/I