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¿Por qué se cancela el Grito en Chapalita?

La Asociación de Residentes de Chapalita cancelará la tradicional celebración del Grito de Independencia en la glorieta para oponerse a la construcción de un edificio de departamentos. Este tipo de iniciativas ciudadanas son muy seductoras y resulta sencillo apoyarlas, pero también hay que analizarlas de forma crítica.

De acuerdo con la asociación de residentes, la cancelación del Grito es un acto de protesta ciudadana porque tienen el deber de velar por los intereses de la comunidad. La protesta es contra el atropello que dicen estar viviendo por parte del Ayuntamiento de Guadalajara y del TAE al autorizar la construcción de un desarrollo inmobiliario frente a la glorieta Chapalita, lo que, desde su punto de vista, pondrá en grave riesgo el patrimonio y la sustentabilidad de la comunidad.

Hay que recordar que cuando se dio a conocer la noticia de la demolición de la Casa José Aguilar Figueroa el hecho fue condenado por la opinión pública. Sin embargo, el mensaje de la asociación de residentes no menciona en lo absoluto la demolición de la casa icónica. Esto quiere decir que la cancelación del Grito se debe a la construcción del inmueble no a la demolición.

Lo que está sucediendo en la colonia Chapalita es un caso donde la capacidad de movilización de la ciudadanía se está utilizando para defender los intereses privados de los residentes de la colonia, anteponiéndolos, quizá de forma inconsciente, sobre el interés de la ciudad en su conjunto. Permítanme elaborar este argumento.

Las dinámicas sociales de una ciudad cambian constantemente y evolucionan con gran velocidad. En contraste, la infraestructura de las ciudades tiende a permanecer tal como está durante muchos años y evoluciona a un ritmo muy lento. Esto significa que siempre habrá un desfase entre las nuevas dinámicas sociales de una ciudad y la infraestructura urbana con la que se cuenta.

La colonia Chapalita fue diseñada para las dinámicas sociales de 1950. El día de hoy, a 65 años de distancia, es obvio que el diseño y la funcionalidad de la colonia ya no son adecuados para el estilo de vida de los tapatíos o para las dinámicas de la ciudad en su conjunto. Esto implica, indefectiblemente, que la colonia Chapalita tiene que cambiar para adaptarse a la nueva realidad urbana de Guadalajara.

Además, la ciudad vive momentos de consolidación de nuevos centros urbanos, zonas al interior de la ciudad donde las personas pueden desarrollar sus vidas de forma integral. Chapalita tiene todo el potencial de convertirse en un importante centro urbano, pero necesita evolucionar para contar con infraestructura adecuada. Además de la tradicional zona residencial, Chapalita también necesita espacios adecuados para que sus residentes puedan trabajar sin salir de su colonia, y una oferta comercial que provea productos y servicios a la comunidad.

Aunado a lo anterior, Chapalita es una zona de la ciudad donde muchos tapatíos quisieran vivir. Sin embargo, la falta de oferta de vivienda a precios accesibles es una importante barrera de entrada de nuevos vecinos. Se trata de un dilema de la simple, pero poderosa, ley de la oferta y la demanda. Si en una colonia existe poca oferta de vivienda los precios se mantendrán altos, pero si se construye más vivienda, y por lo tanto hay más oferta, los precios tenderán a bajar.

La oposición ciudadana de la Asociación de Residentes de Chapalita busca que la colonia permanezca tal como está, que no haya cambios. Con sus acciones, los residentes están condenando a la colonia y a la ciudad a frenar la evolución y adaptación de la infraestructura urbana. La cancelación del Grito de independencia en la glorieta es una medida de presión para obligar al gobierno municipal a conservar el status quo.

Lo que la asociación de residentes realmente busca es defender el valor de sus propiedades y perpetuar las altas rentas que cobran por ellas. Los ciudadanos debemos ser críticos y no engancharnos con cualquier causa a la que se le ponga la etiqueta de “protesta ciudadana”. Oponerse a la transformación de la ciudad para defender intereses particulares no tiene nada de ciudadano.

*Coordinador de Investigación del Laboratorio de Innovación Democrática


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DN/I