INICIO > ARTE
A-  | A  | A+

Pinturas rupestres en Yucatán, legado de los mayas


Manos pequeñas en positivo y negativo, un glifo como una especie letra E boca abajo y siluetas que adquieren formas extrañas, forman parte del mosaico de una pintura rupestre que se encuentra en uno de los tres cenotes de la Hacienda Kampepén, en Homún, municipio del estado de Yucatán.

Cada día turistas nacionales e internacionales acuden a visitar el lugar, cautivos por los dibujos prehistóricos que los mayas plasmaron en las paredes, cuya extraña belleza se matiza algunas veces por los rayos del sol que se cuelan en el interior del cenote, como para resaltar que fue un santuario maya.

"Hace unos cinco años vino personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a verificar las pinturas, entraron a explorar la cueva y confirmaron que las pinturas son muy, muy antiguas", dijo Gabriela Chin Chan, guía de turistas de la ex hacienda que producía henequén y que el próximo año cumplirá dos siglos de pie. 

Para llegar al cenote Kixné, el visitante camina más de medio kilómetro, "pero vale la pena porque en el interior hay un tesoro invaluable que pocas veces tenemos oportunidad de ver", dijo la turista Araceli Alcántara, una maestra de la ciudad de Monterrey.

Para los visitantes, la pintura rupestre fue un plus, "solo veníamos a nadar en los cenotes de esta hacienda y nunca imaginamos este tesoro maya". 

Para Verónica Torres Rivas, directora general del lugar, las pinturas y huellas son bellas por su forma y color, pero aún no saben "el significado real". 

"Lo que se sabe es que los mayas plasmaron las ceremonias de transición de niños a jóvenes o de jóvenes a sacerdotes", explicó.

Las improntas se ven perfectamente en una pared central del cenote Kixné semi cerrado de la Hacienda Kampepén, "pero hay más de 100 dibujadas entre las rocas que rodean la cueva, es como si enmarcaran el legado de los mayas prehistóricos".  

Algunas pinturas están muy escondidas entre la doble pared de las rocas y otras han sido cubiertas por un moho verde-azul y las raíces, otras más adquieren formas extrañas con la piedra erosionada. 

EH