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Tirar el dinero público

Normalmente las diferencias que más se conocen entre la iniciativa pública y la iniciativa privada son las relacionadas con los objetivos de las mismas. Mientras que la privada busca rentabilidad ganancias, la pública se relaciona con el interés público y metas que difícilmente buscarían empresas privadas tradicionales.

Otra diferencia entre las iniciativas pública y privada que poco se discute: la iniciativa privada suele ser mucho más cuidadosa con el uso de los recursos. Los empresarios saben perfectamente que una mala decisión en la empresa puede llevarlos a perder dinero o hasta a la ruina.

En el caso de las decisiones públicas no ocurre así. Los gobernantes toman decisiones sobre el uso de millones de pesos del dinero colectivo recaudado y casi nunca pagan las consecuencias. No estamos hablando de los casos de robo de los recursos públicos.

Si el proyecto es exitoso, bien por la sociedad y por el gobierno; si el proyecto es un desastre, los costos los paga la sociedad y nunca el gobernante.

Ese es uno de los principales problemas con los que pasará a la historia el gobierno del presidente AMLO. Uno caracterizado por el alto desperdicio y tiradero del poco dinero público existente.

México se caracteriza por ser uno de los países con la recaudación más baja de entre países de desarrollo similar. Y el de la recaudación más baja de todos los países miembros de la OCDE.

En pocas palabras, el gobierno mexicano es y ha sido un gobierno pobre. Con pobres recursos económicos para enfrentar las enormes carencias sociales. Note usted que no incluimos la variable de la corrupción. Es decir, si la recaudación es muy pobre y además sospechamos que se la roban, pues estamos mucho peor.

Es por eso que resulta un crimen que el actual gobierno gaste y gaste el poco dinero disponible en proyectos que solo traerán mayores pérdidas al país. El caso concreto lo tiene en el AIFA, un aeropuerto que supuestamente se construyó para reponer el de Texcoco. Para que el AIFA se mantenga abierto hay que destinarle en 2023 un subsidio diario de 2 millones de pesos, de lo contrario no podría cubrir sus costos y cerraría.

Además de que el viejo aeropuerto de la ciudad se le ha suspendido el mantenimiento y se está cayendo a pedazos, justamente porque el dinero que se recauda por concepto de TUA se destina al pago de los bonos de la deuda del aeropuerto de Texcoco que no se construyó.

Es decir, este gobierno decidió cancelar un aeropuerto que habría generado flujos positivos, sería rentable desde el día uno y resolvería el problema de saturación del viejo aeropuerto, por quedarse con un aeropuerto al que hay que estar subsidiando, pagar la deuda adquirida para construir el aeropuerto cancelado y, aparte, quedarnos con el aeropuerto viejo y saturado sin solución.

Un desastre de dinero público que no le importa al presidente, porque finalmente no le cuesta. No es dinero de él. Los costos presentes y futuros los pagamos todos.

Y como ese ejemplo, para donde voltee a ver. Pasa con la refinería y pasa con el tren maya.

Twitter: @Israel_Macias

jl/I