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Arturo O'Farrill, coctel de nacionalidades e influencias

Presentación. El músico de jazz Arturo O'Farrill ofreció un concierto en el teatro Martí, durante la inauguración del Jazz Plaza. (Foto: Especial)

Para el multipremiado pianista Arturo O'Farrill el Festival Internacional Jazz Plaza de Cuba, en el cual participó este miércoles, es uno de los mejores porque esta cita no tiene "miedo" a experimentar con la mezcla de géneros, asegura en entrevista.

La opinión de O'Farrill se puede entender desde sus propios orígenes. Su vida es un coctel de nacionalidades e influencias: de padre cubano y madre mexicana, nacido en Ciudad de México (hace 63 años) y criado en Brooklyn (Estados Unidos).

El artista es hijo de Chico O'Farrill, conocido como el arquitecto del jazz afrocubano, y de la cantante Lupe Valero y ha seguido con la tradición familiar al grado de ser también una referencia mundial en el jazz latino y afrocubano.

Es quizás por su entorno que puede hacer gala de afirmaciones categóricas como que, en su opinión, la música latinoamericana, "específicamente la cubana, la afrocubana y la afrolatina", es perfecta porque contiene a "Europa, África y el Nuevo Mundo, el mundo del indígena".

Y es algo que también transmite con su música y que, a la vez, lo llama a asistir a cada edición del Jazz Plaza desde su primera participación, en 2002.

"Yo he sentido desde la primera vez que vine a Cuba, a invitación de Chucho Valdés, a tocar en este mismo festival, que al salir del avión (la sensación) es como si una mano saliese de la tierra a cogerme del corazón. (Yo) lloré como un bebé la primera vez", rememora el jazzista.

Un festival ecléctico 

Pero el cariño por la tierra de su padre y por la música que ha inspirado a dos generaciones de O'Farrill no se limita a las sensaciones.

Para el artista el festival cubano es mucho mejor que los de Estados Unidos por una razón que solo se puede entender viniendo de alguien que vive por la mezcla de sonidos y géneros diferentes: "Es mucho más abierto. No hay miedo (a experimentar)".

Justamente O'Farrill fue uno de los artistas que participó en una de las novedades de este año del festival: un concierto de jazz con actuación de danza contemporánea.

Este interés constante por combinar ritmos hace también que se desmarque de otros músicos veteranos que han criticado a los géneros contemporáneos, como el reguetón o el trap, y el estado de la industria con las plataformas digitales.

"Hay gente que en estos momentos está mezclando todo de una manera tan bonita y con respeto hacia todo (...) esta época del streaming es de las más bonitas del mundo. La música de los jóvenes es muchas veces mejor que la mía... y muchas veces peor. La única música mala es la que está diseñada para sacar dinero de tu bolsillo", sostiene.

Relaciones Washington-La Habana

El pianista, que sumó en 2023 otro Grammy en su palmarés con el álbum Fandango at the wall in New York, también es consciente del peso que tiene que artistas estadounidenses estén presentes en la cita habanera. Según los organizadores, este año son 92.

Fue de los invitados en 2015 cuando la bandera de Estados Unidos volvió a ondear en su embajada en La Habana tras 54 años y cree que incluso en los momentos más tensos de la relación entre los dos países, el arte y la música siempre son vías para crear puentes.

"Es natural que los músicos de Estados Unidos vengan aquí y es natural que los músicos cubanos vayan a Estados Unidos. Yo siempre pienso, y yo no soy político, yo no me quiero meter con nadie, que el enfrentamiento entre Estados Unidos y Cuba es como un divorcio entre dos amantes", subraya. 

Trayectoria. El pianista sumó en 2023 otro Grammy en su palmarés con el álbum Fandango at the wall in New York. (Foto: Especial)

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