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Agua de colores no está sucia, está contaminada

(Foto: Michelle Vázquez)

En lo que va de este año suman al menos 193 colonias en la ciudad con reportes de que el agua que envía el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (Siapa) les llega amarilla, café o incluso negra. Esta situación no se debe a que el líquido esté sucio, sino contaminado, concluyó el investigador Juan Pablo Macías Salazar.

Las las diversas justificaciones de las autoridades estatales y municipales respecto al color del agua que envía el Siapa a los hogares tapatíos, Macías Salazar solicitó vía transparencia información relacionada al nivel de sustancias contaminantes presentes en el agua una vez sale de las plantas potabilizadoras.

Los datos que encontró fue que el agua no cumple con las normas mexicanas en los niveles de varias sustancias y, otras, ni siquiera son medidas por la autoridad. Por lo tanto, la colorida agua que llega a los hogares de la ciudad está contaminada, no sucia.

Macías Salazar recordó algunas declaraciones hechas por las autoridades para justificar el color del agua. Mencionó que en agosto de 2020 el gobernador Enrique Alfaro Ramírez dijo que se trataba de sedimentos porque los tanques se vaciaban y las redes son viejas, por lo que calificó como turbiedad la causa de la coloración del líquido.

Este discurso fue replicado por Pablo Lemus Navarro, entonces presidente de Guadalajara y ahora gobernador electo, Jorge Gastón González, titular de la Secretaría de Gestión Integral del Agua (Segia), y por Carlos Enrique Torres Lugo, titular del Siapa, este último incluso señaló que se debe a sedimentos de los tinacos de la población.

También se afirmó por parte de los titulares del Siapa y Segia que, pese al color del agua, esta cumplía con la NOM-127-SSA1-2021, y que tenían análisis de laboratorio para respaldar sus dichos.

“Los sedimentos que dicen las autoridades que generan las tuberías viejas es mentira. Las tuberías viejas son de asbesto, si se generara sedimento sería gris, no café ni amarillo. Las tuberías de PVC no generan sedimentos”, mencionó el investigador.

Falso que cumplan la norma

Al solicitar por transparencia los análisis de laboratorio para revisar la calidad del agua y sus niveles de contaminantes, Macías Salazar confirmó que es falso que se esté dentro de la norma. Hay sustancias que sobrepasan los límites permitidos y otras que ni siquiera son medidas.

Para su investigación solicitó, en julio de 2023, las mediciones de las plantas potabilizadoras de Miravalle, Las Huertas, San Gaspar y Toluquilla.

En la planta de Miravalle, que recibe agua del Lago de Chapala, encontró que se sobrepasan los límites permitidos de cloro libre residual, coliformes totales, aluminio, manganeso, coliformes fecales y color verdadero.

En Las Huertas, que también recibe agua de Chapala, y en San Gaspar, que tiene como fuente a la presa Calderón, se sobrepasa el límite de cloro libre residual. 

De Toluquilla no se tienen datos debido al proceso legal que se tiene para rescindir el contrato de la concesión.
El Siapa también le entregó información de las muestras tomadas en el pozo Tabachines 1 y de la planta de rebombeo Javier Vargas.

En el primer sitio se encontró que se sobrepasa en los niveles de nitratos, mientras que en Javier Vargas se supera el límite de cloro libre residual, arsénico y mercurio.

“El agua que suministra el Siapa no cumple con la NOM-127-SSA1-2021, por lo tanto, no es apta para uso y consumo humano. El Siapa no reporta varios de los elementos que la NOM obliga a medir, por lo tanto, no cumple con la NOM, por lo tanto, no es apta para uso y consumo humano”.

Un problema de salud pública

Para Macías Salazar esta situación debe ser considerada como un problema de salud pública dado que no cumplir con las normas deriva o puede derivar en enfermedades.

La exposición prolongada al arsénico puede desencadenar en cáncer o lesiones cutáneas y ser factor para diabetes o enfermedades cardiovasculares. Los nitratos pueden desencadenar el síndrome del bebé azul. En cuanto al mercurio, puede generar una intoxicación crónica y afectar varios órganos.

El color verdadero y las coliformes pueden ser factor para desencadenar infecciones o males gastrointestinales, mientras que el cloro residual libre también genera afectaciones al exponerse de manera prolongada.

El aluminio aumenta las probabilidades de desarrollar Alzheimer y demencia, y, por último, el manganeso puede ser el principal responsable del cambio de color, la turbiedad, cambio de sabor y daño a la ropa.

GR