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El río Santiago y la laguna de Cajititlán

¡Alto al genocidio contra el pueblo de Santa María Ostula!

 

El río Santiago, vertiente del lago de Chapala y la laguna de Cajititlán, a pesar del estado en que los han puesto las descargas de diversos contaminantes, siguen siendo importantes cuerpos de agua de Jalisco. Desde finales del siglo pasado, prácticamente no ha habido gobernador de Jalisco y presidente de los múltiples municipios ubicados geográficamente en la cuenca Chapala-Santiago, que no haya prometido sanear sus aguas.

Evidentemente nadie ha cumplido esta promesa. Tal desatención ha permitido que estos cuerpos de agua se encuentren en grave crisis, motivo por el cual se siguen incrementando las enfermedades y las muertes por contaminación de muchas personas. Hace más de dos décadas que así lo han denunciado algunos agrupamientos sociales de los pueblos de la barranca del río Santiago.

El 6 de diciembre de 2018 Enrique Alfaro rindió protesta como gobernador de Jalisco y un día después, como primera acción mediática se apersonó en El Salto de Juanacatlán, en la cascada que separa a las cabeceras municipales de Juanacatlán y El Salto. En su estilo retador dijo que su primer compromiso sería el saneamiento del río Santiago. Unos años atrás, cuando fue presidente municipal de Tlajomulco de Zúñiga, prometió lo mismo respecto de las aguas de la laguna de Cajititlán.

En ningún caso cumplió su palabra y si bien, con ese objetivo, se han realizado varias obras públicas, ninguna de estas ha impedido que las descargas de desechos tóxicos sean tratadas antes de ser vertidas a estos dos importantes cuerpos de agua. Por ello es por lo que tanto el río como la laguna, de haber sido importantes fuentes de producción de vida, hace años fueron convertidos en verdaderas amenazas para la salud pública de miles de personas. En ellos hace años que es imposible la vida acuática.

Así, al final del mandato de Alfaro, el río Santiago sigue siendo uno de los ríos más contaminados no solo de México sino del continente. En el caso del municipio de Tlajomulco, a Alfaro le sucedieron Ismael del Toro Castro, Alberto Uribe Camacho y Salvador Zamora Zamora, presidentes municipales de su mismo partido (MC). Han gobernado ese municipio casi 15 años y la laguna de Cajititlán no tiene visos de recuperación. Obviamente no es una cuestión de tiempo.

Si otra cosa no sucede, así como lo hizo Alfaro, Pablo Lemus asumirá la gubernatura el próximo 6 de diciembre y en Tlajomulco hará lo propio Gerardo Quirino Velázquez, ambos de MC. Lo más probable es que los dos reiteren la promesa incumplida de sus antecesores, por lo cual, la recuperación de estos cuerpos de agua seguirá siendo preocupación social y la muerte por contaminación seguirá teniendo vía libre por los pueblos de la barranca del río Santiago y de la ribera de la laguna de Cajititlán.

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