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Adaptan sistema eléctrico a camión urbano

Emprendedores jaliscienses desarrollaron un sistema de conversión de motor diésel a eléctrico, mecanismo que fue incorporado al prototipo del primer autobús de transporte público eléctrico de México.

Con una inversión de 4 millones y medio de pesos por parte del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), este proyecto surge como alternativa ecológica a las unidades de transporte público actuales, ya que no produce emisiones de ningún tipo.

El licenciado Alfonso Hernández Olmos, responsable de este proyecto, señaló que éste consiste en la conversión de camiones usados con motor diésel a camiones eléctricos, ello para aprovechar la infraestructura con la que ya se cuenta, puesto que el precio de un camión nuevo de estas características oscila entre los 10 y 12 millones de pesos.

“Queremos promover el uso de transporte eléctrico; nosotros estamos seguros que éste sería el primer autobús 100 por ciento eléctrico y autónomo en México”, acotó.

Desde hace más de 10 años, Hernández Olmos inició la investigación de las tecnologías disponibles para hacer crecer este mercado en México; sin embargo, en ese entonces la tecnología era poca y muy cara, por lo que la opción de distribuirla en el país se complicó.

“Cuando nos dieron precios y capacidades técnicas, traer la tecnología no era práctico porque el retorno de inversión era muy lento. Ahorraba 20 por ciento y el costo de la tecnología no era realmente atractivo”.

“Ya hay camiones eléctricos en otras partes del mundo, pero son muy caros. Un camión de 12 metros que en su versión diésel cuesta un millón, puede llegar a costar de 10 a 12 millones de pesos en su versión eléctrica”, señaló Hernández Olmos, quien dijo fue entonces que se planteó desarrollar la tecnología por sí mismo, por lo que solicitó apoyo del Conacyt a través del PEI.

Beneficios del sistema

Tras analizar varios usuarios potenciales, se decidió que el sector del trasporte público sería el usuario ideal para el sistema de conversión que estaba por crearse, ya que cumplía con un alto kilometraje diario y, al ser el vehículo la principal herramienta de trabajo, se daría prioridad a una opción que permitiera economizar, considerando que alrededor de 70 por ciento del costo de operación del camión corresponde al combustible.

Uno de los principales beneficios del sistema eléctrico es que se eliminan por completo las emisiones contaminantes de hidrocarburos, óxidos de nitrógeno, monóxido y dióxido de carbono.

“El motor diésel produce de 85 a 90 decibeles, por arriba del umbral que ya genera afectaciones a la salud, y es una fuente de calor de 100 grados a tan sólo un metro del chofer. A eso, le sumas que el operador debe hacer los cambios y cobrar a la gente que sube (…). Con esta versión eléctrica se tiene un vehículo que se maneja como automático, el motor no supera temperaturas de 50 a 60 grados y no hace ruido”.

Cero emisiones

El sistema de conversión desarrollado permitirá “adecuar el producto a las necesidades de cada ruta”, ajustando el tamaño de la batería de litio de acuerdo con el kilometraje recorrido.

Este cambio supone un ahorro de entre 70 y 80 por ciento, basado en ahorro de combustible y menos cuotas por mantenimiento al vehículo. “Estamos estimando que el motor eléctrico necesitaría una revisión cada 200 mil kilómetros, cuando en un diésel se le da mantenimiento cada 15 mil ó 20 mil kilómetros”.

Al momento, ya se está en pláticas con organizaciones locales de transportistas como clientes potenciales, ya que uno de los objetivos principales era crear una solución aterrizada en las necesidades del sector, señaló Hernández Olmos. “Han mostrado mucho interés en la tecnología eléctrica, con una gran accesibilidad. Es un proyecto donde todos ganan: el dueño del autobús, el operador, el usuario y la población al obtener vehículos cero emisiones”.

“Tenemos una solución que podría ser comercializada ya a nivel nacional a partir de agosto de este año”, señaló.

La inversión se podrá recuperar en aproximadamente cuatro años, haciendo de este sistema una opción rentable para los transportistas.

Para lograr la implementación de camiones de transporte público convertidos de diésel a eléctricos, se tendrían que hacer adecuaciones a las rutas, así como buscar la colaboración del sector gobierno para lograr políticas públicas que permitan la instalación de cargadores, entre otros temas.

Características del prototipo

El ingeniero Rogelio Quirarte Martín del Campo, encargado de la implementación de sistemas auxiliares en el vehículo, así como aspectos de logística, explicó que el prototipo se montó sobre un autobús usado Mercedes-Benz modelo Boxer 50 2003, con una longitud de 9 metros. Se le retiró el motor diésel, la transmisión, el escape y los filtros, entre otros componentes relacionados con el sistema de combustible.

Además, el camión cuenta con un sistema que funciona como un motor al acelerar y como un generador al frenar, logrando que buena parte de la energía gastada en el arranque se regrese al frenar.

En tanto, Alfonso Hernández Olmos, responsable del proyecto, indicó que se le instaló un motor de 340 caballos de fuerza (hp), 250 kilovatios (kW) y una batería de litio que permite una autonomía de 60 kilómetros y una velocidad de hasta 100 kilómetros por hora con un peso de 11 toneladas, pero con la capacidad de arrastrar hasta 31 toneladas a una velocidad de 60 kilómetros por hora.

 

DN/I