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Niegan ampliación de relleno sanitario

Opaca. La empresa no dio información solicitada por la Semadet. (Foto: Grisel Pajarito)

Al sitio al que llegan las 2 mil 500 toneladas diarias de basura generada en Guadalajara se le acaba el espacio y las posibilidades de expandirse. El relleno sanitario Laureles se extiende sobre 74 hectáreas, de las cuales 40 son de montañas de residuos desde 1996, en Tonalá, al límite con El Salto, pero a la empresa Caabsa Eagle ya no le son suficientes.

En 2015 tramitó ante la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) un permiso para adjuntar al lugar 23 hectáreas de un predio vecino que adquirió, denominado Los Pinos, para aumentar su capacidad y vida útil, pues tiene concesionada la recolección y disposición final de la basura de Guadalajara por 13 años más; sin embargo, en 2016 la dependencia le negó la posibilidad por tres motivos: los altos niveles de contaminación con metales pesados que encontró en el vertedero, la cercanía con reservas urbanas y su opacidad.

De acuerdo con la resolución que emitió la Semadet el 27 de mayo, de la que este medio tiene copia, se rechaza autorizar la manifestación de impacto ambiental para la ampliación del relleno debido a que implicaría dejar un amortiguamiento menor a 500 metros de distancia con la población más cercana, lo cual está prohibido en la Norma Oficial Mexicana 083.

 “El sitio no cumple con lo establecido en el lineamiento 6.1.3 de la NOM-083-Semarnat sobre la distancia mínima entre el sitio de disposición final y el límite de traza urbana existente, ya que el amortiguamiento de 500 metros abarca reservas urbanas a mediano y largo plazo contempladas en el Plan de Desarrollo Urbano de Centro de Población de Tonalá distrito 13-Puente Grande, y el programa de Desarrollo Municipal de El Salto”, advierte el documento.

“Existe una preocupación fundada en esta secretaría de que mediante el establecimiento del proyecto y por el tipo de actividad que pretende realizar, las emisiones y sustancias al ambiente que pudiera conllevar, se causen perjuicios al medio ambiente y a la población que eventualmente se establezca”.

Al respecto, Caabsa Eagle respondió por escrito a la dependencia argumentando que sería más complicado abrir un nuevo relleno desde cero en otro lugar apegándose a la norma 083 para cumplir con el amortiguamiento y respetar asentamientos humanos, pero su coartada no fue aceptada.

Sin embargo, la empresa recolectora no es la única que se inconformó ante la Semadet por la restricción de autorizaciones, sino también la constructora Grupo San Carlos, que para expandir un desarrollo inmobiliario justo enfrente de Laureles, pero al otro lado del antiguo camino a El Salto, se vio obligada a tramitar ante la dependencia una manifestación de impacto ambiental que también fue rechazada por la proximidad menor a 500 metros con el relleno sanitario.

Caabsa Eagle, opaca

A partir de los primeros resultados de laboratorio que Caabsa Eagle entregó a la Semadet como parte del trámite para ampliar el relleno sanitario, la dependencia estatal pidió un análisis más detallado para determinar, independientemente de las altas concentraciones de los metales, cuál es el comportamiento de éstos y con ello medir el riesgo para las poblaciones cercanas.

También le solicitó informes sobre la capacidad de almacenar más basura en sus celdas, pues si bien a las afueras del basurero se exhibe en letrero informando que su vida útil es hasta 2030, con el incremento en la generación de residuos de la capital jalisciense la Semadet presume que su periodo se ha acortado.

Ante las demandas de información y de elaboración de estudios, Caabsa detuvo los trámites y dejó de entregar información, por lo que hasta ahora ni siquiera el gobierno estatal conoce a ciencia cierta cuál es la capacidad actual del relleno ni cuánto le queda, pues no se le autorizó expandirse, según informó el director de Protección al Ambiente de la Semadet, Rigoberto Román López.

“Tiene ahorita un trámite de renovación en el que mientras no nos complementen la información necesaria, no podemos dar la ampliación de la licencia porque con esa información yo puedo determinar si ya llegaron a su vida útil, si les quedan unos meses, no sabemos”, declaró en entrevista.

“Para la celda que negamos les pedimos un estudio que se llama análisis de riesgo por expulsión de sustancias tóxicas, justamente en ese estudio se analizan los compuestos tóxicos que hay en el suelo y se hace un análisis para determinar de acuerdo con la población que está o va a estar cercana cuál es el riesgo. El estudio lo empezaron a hacer, pero lo dejaron trunco, por eso se negó el permiso”.

Cercanía. Del lado derecho, el relleno sanitario y la zona a la que busca expandirse; del izquierdo, el desarrollo de Grupo San Carlos.
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Mercurio, níquel, cadmio

Otro de los puntos críticos que destaca el dictamen tiene que ver con el análisis de laboratorio que se realizó a los lixiviados contenidos en Laureles y al agua del río Santiago, que corre a 60 metros de distancia del vertedero. Los resultados señalan que los niveles de mercurio están 38 veces por encima de los límites especificados en estándares internacionales.

Aguas arriba y aguas abajo del relleno sanitario fueron tomadas las muestras de agua del Santiago; ahí se encontró que los niveles de contaminantes se incrementan sustancialmente luego de correr a la altura del vertedero.

“La concentración de mercurio aguas arriba es de 190 nanogramos por litro (ng/L) y aguas debajo de 243, lo cual resulta relevante, ya que según la Agencia Estadounidense para Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades, en aguas en las que no se conoce ninguna fuente de contaminación por mercurio generalmente la concentración de este es de 5”, señala el dictamen.

“La concentración de cromo aumentó aguas abajo, en la que se encontró 490 nanogramos por litro. La concentración de sólidos suspendidos incrementa de 6.7 a 9 en la muestra aguas abajo. El pH incrementa de 7.98 a 8.05, lo cual permite determinar que el agua se alcaliniza en el trayecto”.

Pero también se encontró mercurio, níquel, cromo y zinc en la fosa 18 de lixiviados, dentro de las instalaciones del relleno, así como también cloroformo y tolueno por encima de lo permitido; incluso hallaron benceno, que es cancerígeno, en las áreas administrativas dentro de Laureles.

A la baja, calidad de vida

En la colonia Los Laureles, en Tonalá, y fraccionamientos aledaños de El Salto, los vecinos conviven diariamente con un territorio que supera las 40 hectáreas de basura enterrada desde 1994, que ha trastornado su paisaje, enturbiado su atmósfera con gases contaminantes y olores nauseabundos, basura dispersa en los caminos y enfermedades recurrentes entre los integrantes de las familias.

No solamente lo manifiestan los vecinos que ahí viven, sino que lo confirma la experiencia internacional: los niños que viven próximos a un vertedero o relleno sanitario crecen menos y tienen un peso menor al promedio de acuerdo a su edad, son más susceptibles a enfermedades gastrointestinales y respiratorias, de acuerdo con estudios en el relleno sanitario Doña Juana, Colombia, y Sinaloa, México, citados en la manifestación de impacto ambiental negada de la Semadet.

Mientras los gastos de una familia vecina a un vertedero aumentan, sus viviendas se devalúan incluso a un radio de 2 kilómetros de distancia, no 500 como establece la norma mexicana. Pese a este contexto, Grupo San Carlos acudió a tribunales ante la negativa de Semadet para expandir su fraccionamiento frente al relleno sanitario Laureles. El trámite sigue en curso. Violeta Meléndez

Detalles

  •  Dos mil 500 toneladas de basura diarias llegan a Laureles, aunque el proyecto original del relleno sanitario señala que tiene vida útil hasta 2030, ni siquiera la Semadet tiene certeza de que esto sea real debido a omisiones de Caabsa en sus informes
  •  La empresa obtuvo en 2016 una renovación de concesión para recolectar y disponer la basura generada en Guadalajara; en 2015, el Municipio pagó a la empresa por este servicio 335 millones de pesos, con la nueva concesión se anunciaron ahorros por 45 millones de pesos anuales

Análisis

Metales pesados encontrados en el Río Santiago a su cruce por Laureles

  •  Mercurio, 243 nanogramos por litro
  •  Cromo, 490
  •  pH, 8.05

JJ/I