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Pozos de absorción del Akron, sin resultados

(Foto: Alfonso Hernández)

A 11 años de que inició la construcción del estadio Akron (antes Omnilife) sobre una de las zonas de la ciudad con mayor capacidad de infiltración de agua, El Bajío, no existen mecanismos que permitan medir la funcionalidad de los pozos de absorción que se instalaron al norte y sur de la infraestructura para mitigar su impacto hídrico, es decir, no hay manera de conocer qué tanto están permitiendo que se recargue el acuífero y con qué calidad está llegando el agua al subsuelo.

Así lo señala el estudio Estrategia de Planes Parciales de Desarrollo Urbano de Boca de la Arena y el Bajío, Zapopan, Jalisco, que pagó la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), en el que se indica que la impermeabilización de ese suelo y la instalación de drenaje para la operación de la infraestructura significan un riesgo para la dinámica hídrica de la cuenca de Atemajac.

“(Existen) dos socavones, uno al norte del estadio y otro al sur, conformados como lagunas de captación, almacenamiento e infiltración del agua. Los datos técnicos y de monitoreo de estas infraestructuras, como los detalles estructurales, la tasa de infiltración, la recarga neta, las pérdidas por evaporación y el origen (tratada, pluvial, escurrimientos, etcétera) y la calidad del agua infiltrada, no se encuentran sistematizados a la fecha”, señala el documento.

“Para reconocer los posibles efectos de estas obras en el ciclo hidrológico local y regional, es necesario realizar un monitoreo y generar la siguiente información de forma constante y permanente para evitar efectos contrarios para los cuales fueron diseñadas estas obras: capacidad de infiltración y recarga neta, volumen de escurrimiento, volumen de precipitaciones, profundidad de la recarga, calidad del agua previo a la infiltración, periodos de resistencia, circulación subterránea y calidad hidrogeoquímica”.

Con base en estas ausencias de información, el estudio señala que no existen evidencias que den luces respecto a una gestión integral del agua dentro del Bajío, que es la principal zona de absorción del agua que escurre del bosque de La Primavera gracias a sus características geológicas de tobas y zona vadosa (de aireación) que facilita el flujo del agua debido a su origen volcánico.

Además, también indica que se merman los servicios ambientales de la cuenca endorreica (cerrada) El Bajío, que van desde regulación de sedimentos, absorción de agua de buena calidad y abasto de manantiales, hasta la regulación de inundaciones.

“Las avenidas de los cursos de agua que allí descargan y los volúmenes de crecida por precipitaciones locales han quedado allí retenidos desde tiempos históricos, reduciendo daños a la infraestructura y a la salud humana aguas abajo en la cuenca del Atemajac”, añade el estudio.

JJ/I