La estudiante de la licenciatura en Administración Pública de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM fue detenida junto con cinco ...
...
El gobernador habló sobre algunas de las obras que siguen renovando con miras al Mundial de Futbol 2026....
Mónica Magaña, diputada local de MC, propuso tipificar la desaparición forzada infantil en Jalisco....
Más de 21 mil ingresaron a centros universitarios y los más de 67 mil restantes a las preparatorias del SEMS....
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, señaló que ahora el grupo español de energía y agua Cox comprará la filial mexicana de Iberdrola ...
Ya están en negociaciones con EU para proteger empresas y empleos en ambos lados de la frontera...
“2 de octubre no se olvida”, con esa frase la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo inició este jueves su conferencia de prensa matutina...
Israel anunció este jueves que deportará a Europa a los activistas propalestinos de la flotilla Global Sumud...
La Selección Mexicana Sub-20 sumó su segundo empate en el Mundial de Chile al empatar 2-2 frente a España en el estadio Nacional de Santiago...
Barcelona perdió 1-2 ante PSG en su debut en la Liga de Campeones tras un partido intenso y una remontada en el minuto 90...
El comediante elige Guadalajara para estrenar su nuevo show de stand up y con un invitado especial....
La mexicana creó un gramófono tridimensional de cristal luminoso inspirado en los icónicos letreros de neón de Las Vegas....
El espacio escénico tiene dos opciones para octubre: Pedro el rojo y La desconexión...
Cineasta muestra la complejidad del acompañar en el último suspiro....
Para personas desaparecidas
Me dijeron no negociar con Salinas Pliego
En pleno corazón de la ciudad, en el 912 de la calle Miguel Blanco, se ubica una de las cantinas más tradicionales y longevas de Guadalajara: El Lido, sitio donde las buenas bebidas y hasta uno que otro antojito mexicano le dieron su toque particular.
Inaugurado en 1930, El Lido inició operaciones como restaurante- cantina, por lo que su auge se sustentó en los antojitos mexicanos, tales como el menudo, las criadillas, el mondongo y la sopa de médula.
No era para menos, ya que su propietario, Francisco Silva Romero, tenía fuertes vínculos con el rastro municipal de Guadalajara.
A pesar de los años que han pasado desde su apertura, esta cantina ha conservado casi todo el mobiliario original, con una enorme barra a uno de los costados, equipales y mesas de madera, una rockola al fondo y una serie de fotografías que recuerdan la Guadalajara antigua.
Javier Ayala, quien lleva 35 años detrás de la barra de El Lido, recuerda los tiempos de auge de la cantina, sitio preferido de políticos y gente del medio artístico.
“Tuvimos el privilegio de tener a todo el elenco artístico de ese entonces; por ejemplo, a la señora Silvia Pinal, a Vicente Fernández, Johnny Laboriel, Javier Solís, la Sonora Santanera, entre otros. Aquí se guardan montones de historias”, afirma.
Ayala enfatiza que, ya que el dueño del lugar era el líder de uno de los sindicatos más importantes en el estado, la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), el lugar se convirtió en el sitio preferido de diputados, presidentes municipales y toda persona relacionada con la política de Jalisco, quienes iban en busca de asesoría de Silva Romero y aprovechaban para tomarse un trago y disfrutar de la música.
“Aquí se manejaban mucho los tríos, uno de 22 horas a 5 de la mañana y otro de las 17 horas en adelante. Tocaban unos señores ya grandes, el menor tenía 85 años. Todo era maravilloso”, resalta.
Otro de los aspectos que le dan identidad a El Lido es una bebida que se ha convertido en su emblema.
“Aquí la preferida es una bebida con tequila El Tequileño. Lleva hielo, un poco de sal, limón, tequila y refresco negro. Sigue siendo la preferida; jamás va a morir; si vendo 10 copas al día; seis son de tequileño”, dice Ayala.
El cantinero de El Lido cuenta que, tras el fallecimiento del dueño de la cantina y luego de que sus hijos tomaran control del lugar, comenzaron a perderse las tradiciones que le dieron identidad. El restaurante, por ejemplo, dejó de operar hace 10 años, por lo que ahora sólo se cuenta con el bar.
“Aquí las puertas nunca tuvieron chapa pues se trabajaba las 24 horas; ahora no se sabe que va a ser de ese espacio”, agrega Ayala.
El mesero reconoce que le es muy grato ver como se han sucedido las generaciones y los clientes de antaño regresan al lugar, pero ahora con sus hijos y nietos. Eso es lo que lo ha mantenido a flote.
“Me ha tocado atender a nietos de los que venían hace años. Aquí se sentaban, pedían una botella y se estaban hasta tres o cuatro horas. Si les quedaba líquido, la marcaban y regresaban al otro día. Esto era un ambiente totalmente familiar”.
Quizás por eso Ayala lamenta que lugares como éste se encuentren a punto de desaparecer.
“Estamos ya en las últimas, no sé qué fin vaya a tener esto. Todo va cambiando y la nueva generación quiere ruido y ambiente. Aquí se viene con las parejas a platicar, es un sitio más tranquilo”, concluye.
da/i