Larga vida a La Sin Rival

La Zona Centro de Guadalajara alberga las cantinas más añejas de la ciudad, pero sin lugar a dudas la más vieja de todas en La Sin Rival.

Con más de 120 años de servicio, el establecimiento ostenta con orgullo el primer permiso oficial para operar como cantina.

Ubicada en el cruce de la calzada Independencia Sur y la calle Gante, la cantina refleja su pasado en el añejo mobiliario, que se ha buscado preservar para mantener el más puro estilo de una cantina tradicional, señaló Marina Arroyo Orozco, con más de siete años detrás de la barra de La Sin Rival.

Mesas de madera desgastadas, una serie de fotografías en las paredes y una barra totalmente de cristal que muestra a la vista la oferta de licores completan el ambiente.

La Sin Rival fue el primer negocio en la ciudad en obtener en 1898 el permiso oficial para operar como cantina, pero anteriormente era un mesón: el Mesón las Rosas.

“Somos el permiso legal número uno con el giro de cantina, el cual sigue vigente. Conserva su originalidad y la mayoría de sus clientes tienen viniendo muchos años, son muy asiduos pues aquí son bienvenidos desde los de bajos recursos económicos hasta los que tienen mucho dinero; además se ha convertido en algo atractivo para los jóvenes, al querer conocer lugares que pisaron sus antepasados”, comentó Marina Arroyo.

El lugar se utilizaba para los trueques.

“En la zona había mesones y la cantina se utilizaba como sede de los trueque, pues venían las personas y cambiaban sus productos por cualquier cosa que ellos necesitaran. Tiempo después se hace más chica, pues la modernidad va terminando con los lugares. Antes; por ejemplo, había hasta abarrotes; era un ambiente de chicas que venían a tomar con los señores. Ahora el concepto es que vengan en familia”.

Hace años el establecimiento ocupaba una mayor extensión. Entre las modificaciones que ha sufrido La Sin Rival se cuenta un cambio de techo, la cava y la barra. A cambio, aún se conserva el urinario debajo de la barra, aunque ya no funciona por cuestiones de salubridad.

“A pesar de todos los bares y antros nuevos, este lugar no deja de recibir clientes locales y foráneos, pues la historia de La Sin Rival ha corrido países. Han venido de Rusia, Japón e Irlanda y nos muestran los documentales que han hecho de este sitio”, comentó Marina Arroyo.

Entre lo más pedido por los clientes se encuentra el tequila blanco, aunque la cantina también tiene su especialidad: La pendejada de nada, que lleva todos los tipos de licor pueden verse en la barra.

Adelantó que se pretende ampliar el local hasta llegar a la extensión que se tenía originalmente, y en donde cada detalle será preservado tal y como estaba en sus orígenes.

Un espacio chivista

Como todo lugar antiguo, la cantina La Sin Rival no se queda atrás con la visita de más de algún famoso de la época de oro del cine mexicano o del ámbito musical. Tal es el caso de José Alfredo Jiménez, Javier Solís, Agustín Lara, quienes llegaron al establecimiento para probar alguno de sus licores.

Pero también han asistido políticos y futbolistas, que aunque el lugar está abierto para cualquier corriente de pensamiento o religión futbolística, en La Sin Rival se dicen chivistas de corazón.

“Muchas veces vienen los futbolistas y se toman una o dos cervecitas y se van, porque no tienen mucho tiempo. También, contamos con el reconocimiento por parte de Felipe Calderón, como una de las cantinas más antiguas de Guadalajara”, detalló la encargada de la barra.

Marina Arroyo reconoció que lleva tantos años sirviendo tragos, que La Sin Rival se ha convertido ya en su segundo hogar, tanto así que ya se siente un poco madre de todos la que la visitan.

“Este lugar es como mi segunda casa y prácticamente me he convertido en la nana. Trato de cuidarlo porque además de que de esto vivo, me gusta convivir con las personas que vienen, espero seguir aquí hasta que dios decida”, concluyó.

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