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Tlacotán, la tercera Guadalajara


Tlacotán sabe a Guadalajara, huele y fue Guadalajara. Corría el año de 1533 cuando, por órdenes del conquistador español Nuño Beltrán de Guzmán, lo que hoy es la Perla Tapatía se trasladó desde la zona de Tonalá a Tlacotán. Fue aquí, donde la entonces villa se asentó de 1535 a 1540.

Sin embargo, debido a la guerra con los caxcanes fue desplazada al Valle de Atemajac, dejando en Tlacotán ruinas de lo fue la tercera Guadalajara, y que aún conserva un retablo estípite del siglo 16, que fusiona elementos católicos e indígenas. En el altar de su templo se venera a la Virgen del Rosario, a la cual se le dedica una gran romería el tercer domingo de octubre.

Tlacotán es pequeño, pero es grande en cuanto a lo que representó en la historia de la fundación de la capital de Jalisco. Es la tercera Guadalajara.

 

PHM / I