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La mentalidad tecnológica como solución

El papa Francisco, el de la encíclica verde y social Laudato si”, que ruega por un giro ecológico para proteger la naturaleza y salvar la Tierra del cambio climático, tuvo un encuentro con el multimillonario Elon Musk y con su familia, que según la revista Time es la Persona del Año 2021. Para muchos, Musk es “el hombre que nos dará otro planeta”.

El dueño de Tesla y SpaceX y gurú de la alta tecnología le contó al papa sus ideas y proyectos para construir un futuro mejor, más habitable y sostenible para la humanidad, para las generaciones actuales y futuras.

Sin embargo, para muchos estudiosos de las nuevas tecnologías, se trata de una filosofía muy cautivadora, pero que preocupa porque la élite cognitiva tiene la creencia de que con suficiente dinero y tecnología puedes escapar del daño causado por todo ese dinero y tecnología que crearon.

Ven la tecnología como una forma de crear un vientre, con un útero seguro y controlable a su alrededor que consiste en construir una burbuja y conseguir lo que necesiten. Pero que, con el tiempo, ven a los demás como posibles enemigos. En la mente de un multimillonario tecnosolucionista, como Elon Musk, Bill Gates, Jeff Bezos y demás, los humanos son el problema y la tecnología es la solución.

Así, a medida de que empeora el entorno y la situación humana con el cambio climático, el autoritarismo, etc., se construyen más muros entre ellos y la sociedad. En otras palabras, muros físicos, muros tecnológicos y muros financieros. Como resultado se desconectan de la sociedad.

Para los sociólogos, “la mentalidad” de los creadores de tecnología se basa en un materialismo cientificista, con una pretensión de ateísmo obstinado, pero donde su modelo del mundo está tomado directamente del cristianismo, que lo ven como mitología.

En lugar de que Jesús resucite, son los tecnólogos quienes “trascienden” la materia para convertirse en conciencia pura.

En este contexto, la teoría de sistemas es una buena manera de describir la realidad, pero la realidad en sí misma no es un sistema. Estas personas confunden el mapa con el territorio. Pero eso es porque es difícil vivir en el mundo real, que es finito, y con los elementos aterradores de la naturaleza. Quieren vivir en el mapa, no en el territorio. Y a esto es lo que se le llama la religión de la ciencia de datos.

El problema con la “mentalidad” de los multimillonarios de la tecnología es que todas sus soluciones deben funcionar a escala global. Piensan en los modelos establecidos por los grandes monopolios que cuesten mucho dinero y les permitan ganar mucho dinero al mismo tiempo.

Para ellos el decrecimiento y el respetar a la naturaleza no son una vía de cambio. Las propuestas que presentan en los foros económicos mundiales son oportunidades de negocio y razones para construir más capitalismo en lugar de retroceder.

El decrecimiento no es una opción. Para ellos, y es lo que denuncia el papa Francisco con insistencia, que no es posible seguir con esa única forma de salvar el mundo mediante el crecimiento de nuevos mercados.

Para Douglas Rushkoff, uno de los críticos de la tecnología, señala que las energías renovables son solo una gran parte del compromiso con la conciencia energética, y aceptar que avanzar hacia el uso de energía sostenible no impulsará las metas de crecimiento exponencial del Banco Mundial. No son compatibles el crecimiento exponencial del capitalismo con las tecnologías y al mismo tiempo sustentar los ecosistemas del planeta. En otras palabras, la ecología sostenible requiere una economía sostenible.

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