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¿Movimiento ciudadano?

En este caso no me refiero al partido político que empezó a dominar en Jalisco hace casi ocho años y pronto la ciudadanía empezará a juzgar su gestión, con gran dureza, como siempre sucede.

Me refiero a una circunstancia que, no sé si casualmente o no, coincide con la vida cotidiana de los ciudadanos del Área Metropolitana de Guadalajara, que tanta dificultad tienen ahora para moverse en coche o en camión de un lado para otro, generalmente para cumplir con sus obligaciones cotidianas. Dudo mucho que ahora, como sucedía antaño, haya quien salga a pasear en coche por pura diversión.

Lo cierto es que, con los años, el número de vehículos ha ido creciendo de manera desorbitada y la trama vial, esto es las vías de circulación, en vez de aumentar ha ido reduciéndose y empeorando.

Ha habido legítima preocupación por favorecer y alentar el uso de la bicicleta, pero con muy poco éxito por cierto, en detrimento de los automóviles y demás vehículos de transporte colectivo, mientras tanto el tiempo promedio para el traslado de los tapatíos, según dicen los expertos, prácticamente se ha duplicado, cuando no es el caso de que algún percance cause retenciones de gravedad.

Se ha generado una tendencia rencorosa contra los vehículos de motor, aunque la mayor parte de la ciudadanía vaya con ellos de aquí para allá.

Los daños físicos, emocionales y hasta económicos que ocasionan los retrasos son en verdad incuantificables.

Tratemos de recordar desde cuándo, aparte de la Línea 3 del “tren ligero”, no se realiza una obra para mejorar la vialidad, en vez de las recientes que más bien la han entorpecido… El camino a Chapala, que es una vía de suma importancia, por caso, la última mejora data del gobierno de Guillermo Cosío Vidaurri, cuando se rodeó El Tapatío y aligeró sensiblemente el camino de salida en esa dirección: han pasado casi 30 años.

En el ínterin se han trazado caminos para bicicletas escogiendo, curiosamente, vías mayormente utilizadas, en vez de escoger calles de poca circulación, que las hay y muchas… Parece ser que se prefiere que estas obras se vean mucho en vez de que estorben poco… pero es el caso de que los choferes embotellados suelen maldecirlas a plenitud junto con las autoridades correspondientes cuando se percibe que casi nadie transita por ellas.

No creo que haya sido pensando en este “movimiento ciudadano” cuando se le puso nombre al partido encumbrado en Jalisco y Nuevo León, curiosamente las entidades que tienen las áreas metropolitanas mayores en el país y en las que se producen, por cierto, las peores aglomeraciones vehiculares.

Sin embargo, podemos reconocer ya que, en lo que a la movilidad ciudadana se refiere, este Movimiento ha sido un fracaso.

Lo mismo puede decirse de los arribos carreteros, cuyas mejoras resultan muy poco perceptibles y su agobio en fines de semana resulta también patético…

Me viene a la memoria uno de esos abundantes maledicientes de cantina que un día, después de padecer un regreso de terrible de Tepic, sentenció que el gobernador había prometido “refundar” a Jalisco y, al paso que vamos, en realidad lo va a “refundir”…

Quizá valdría la pena que en lo que le resta a este gobierno, en especial si aspira a continuar, se hiciera un esfuerzo especial a favor precisamente de lo que en su nombre lleva la penitencia, el movimiento ciudadano. Dos años son suficientes para mejorar la circulación aunque esta se haya entorpecido por doquier. Piénsese que no son disposiciones tan absurdas como sacrificar carriles la mejor manera de lograrlo.

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jl/I