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Fallan 80 plantas de tratamiento de agua

CIUDAD. En la lista de plantas sin operar no se contemplan las del Área Metropolitana de Guadalajara, entre ellas la de Agua Prieta. (Foto: Jorge Alberto Mendoza)

El registro oficial de la Comisión Estatal del Agua (CEA) incluye 229 plantas de tratamiento de aguas residuales de centros de población en el estado, pero 80 no operan en la actualidad, es decir, una de cada tres.

En el listado no se incluyen las macroplantas del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), como lo son Agua Prieta, que trata alrededor de 5 mil 500 litros por segundo, y El Ahogado, que lo hace con 2 mil 250 litros. Tampoco está incluida la planta que opera el Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (Siapa) en río Blanco, con apenas 150 litros por segundo tratados.

No obstante, la lista sería más larga si no se hubieran dado de baja plantas tan importantes como la Autlán, con un tratamiento de 100 litros por segundo.

Si a lo anterior se agrega que miles de poblaciones en Jalisco carecen de sistemas de saneamiento, no hay entonces un panorama completo del problema del agua residual de origen doméstico-municipal.

De acuerdo con sus capacidades, las 80 plantas inventariadas dejan de tratar mil 150 litros por segundo, es decir, 99 millones 360 mil litros al día o 36.3 millones de metros cúbicos (m³) al año. Ese volumen, debidamente potabilizado, serviría para dar agua a una población de medio millón de habitantes en el mismo periodo.

LAS QUE NO FUNCIONAN

Las 80 instalaciones que no funcionan corresponden a 48 municipios. En su inmensa mayoría fueron abandonadas por no poder soportar costos de operación.

De mil 150 litros por segundo no saneados, unas cuantas se llevan la mayor parte del volumen.

La planta de Lagos de Moreno, una de las principales ciudades medias de los Altos de Jalisco, representa por sí sola 285 litros por segundo y es la mayor de las instalaciones fuera de operación.

Le sigue la vecina de Encarnación de Díaz, que no sanea 100 litros por segundo, que es su capacidad máxima, y luego vienen dos instalaciones que podrían limpiar 80 litros por segundo: la de Tala, al lado poniente del área conurbada de Guadalajara, y la de Teocaltiche. Por su parte, Zapotlanejo tiene parada una planta de 73 litros por segundo.

El municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, que forma parte del AMG, acumula 91 litros por segundo de agua no tratada en cinco plantas construidas, de las que una tiene un gasto de 40 litros (está en el fraccionamiento Valle de los Sabinos) y otra de 25 litros (Los Olivos). Zapopan, el municipio más rico de Jalisco, no tiene en operación una planta de 29 litros en La Venta del Astillero.

En conjunto, las 11 plantas suman 738 litros no saneados, es decir, 64 por ciento del volumen total que podría estarse saneando.

Del resto del padrón, hay plantas de uno a 20 litros que aunque no son de un volumen copioso, a nivel local implican un impacto fuerte. Entre ellas se incluyen las de las cabeceras municipales de Mascota, Mazamitla, Villa Guerrero o San Martín de Bolaños.

Echan la bolita al financiamiento

Históricamente la CEA, lo mismo que la Comisión Nacional del Agua (Conagua), ha señalado a un modelo deficiente de financiamiento como la causa de que las plantas dejen de ser operadas. Por un lado, no existe un cobro obligatorio de tarifas por los servicios de agua y alcantarillado y, entonces, los organismos suelen operar con números rojos. El gobierno federal o el estatal entregan las obras listas para operar, pero no existen condiciones para mantener la operación, sobre todo, porque implica costosos pagos de tarifas por electricidad y por los químicos que se utilizan en los procesos.

Sin embargo, durante mucho tiempo predominó un modelo poco flexible por parte de los gobiernos para financiar obras. No se consideraba el problema de la operación, entonces se limitaba a construir instalaciones de tecnología muchas veces de punta, pero sin considerar lo que costaría ponerlas en funcionamiento.

Los modelos alternos, por ejemplo, los humedales artificiales, fueron rechazados de manera constante, al menos hasta hace 10 años. El caso de El Grullo es el más emblemático: los alcaldes de la Junta Intermunicipal del Río Ayuquila empujaron el modelo por ser de bajo costo de operación, pero la CEA les negó la alternativa; sin embargo, hoy está entrando en operaciones esa planta que no demanda grandes inversiones, pues lo costoso, el terreno, ya se había entregado. Agustín del Castillo

DATO:

  • 36.3 millones de metros cúbicos es el volumen que se deja de tratar al año por la descompostura de las plantas de tratamiento

jl/I