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Peligro en las carreteras

Los asaltos en las carreteras de México ocurren no solamente en los caminos solitarios de las regiones más alejadas. Poco a poco han ido extendiéndose por amplias zonas del país hasta llegar incluso a las autopistas de paga. Entre ellas, a algunas de las más importantes, como las que comunican a la capital de la República con Querétaro y Puebla.

Los asaltos afectan por igual a conductores de vehículos particulares que a los de carga. En algunas autopistas se han cometido asaltos masivos. Los delincuentes aprovechan los cada vez más frecuentes embotellamientos en los caminos causados por accidentes, bloqueos o tomas de carreteras para, con toda tranquilidad, asaltar a mano armadas a decenas de personas cuyos vehículos están forzosamente detenidos, a veces durante muchas horas.

Circular por carreteras secundarias en las extensas zonas del país que controla el narcotráfico es también sumamente arriesgado. Los criminales mantienen retenes permanentes que las autoridades no retiran.

En el norte del país autobuses de pasajeros y de carga son sacados de las autopistas de paga, esas que, se supone, no tienen más salidas que las oficiales. Abrir brechas por las que puedan circular camiones pesados implica obras importantes. No hay manera de que las autoridades no las vean.

Los asaltos a camiones de carga se han vuelto cada vez más comunes. Aumentan la frecuencia y la violencia con que se cometen. Solamente la semana pasada en menos de treinta horas se registraron tres asaltos a camiones de carga en la autopista México-Querétaro, una de las más importantes y transitadas del país.

En estos hechos un conductor fue asesinado por los criminales, otro fue secuestrado por algunas horas y uno más fue herido. Las imágenes que se han difundido de la cabina del tráiler muestran el momento en que el chofer es baleado y aún lesionado sigue manejando.

De acuerdo con la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) en los primeros cinco años de este sexenio se cometieron casi 85 mil asaltos a unidades de transporte de carga. Solamente el año pasado fueron 13 mil, de acuerdo con los registros de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar).

De acuerdo con la Concamin, en 2023 los criminales ganaron 19 millones de pesos diarios con las mercancías que robaron en las carreteras.

Los registros de la Canacar revelan que las carreteras más peligrosas de México se localizan en 10 estados y que las entidades donde se cometen más asaltos son, en orden decreciente, el Estado de México, Puebla, Guanajuato, San Luis Potosí, Michoacán, Jalisco, Hidalgo, Querétaro, Tlaxcala y Veracruz.

En noviembre del año pasado la Asociación Nacional del Transporte de Carga señaló que con frecuencia los asaltos son posibles gracias a la corrupción de policías estatales y municipales coludidas con los delincuentes.

Frente a los riesgos de ser asaltados que sufren los conductores en carreteras del país, la organización de transportistas anunció la semana pasada que organizará un paro nacional el próximo 5 de febrero.

En el comunicado, la Canacar explica que la protesta tiene el propósito reclamar “la urgente solución a la inseguridad que atenta contra la vida, la integridad, la libertad de las personas y conductores”.

Al anunciar el paro, Luis García, director de Seguridad de Canacar, señaló: “Las carreteras y los caminos son esos espacios públicos que hay que recuperar”. Tiene razón. Hay que recuperar no sólo las carreteras, sino también las regiones del país que autoridades municipales, estatales y federales han ido entregado a los criminales.

Urge que el Estado mexicano establezca como prioridad recuperar los territorios perdidos y reestablecer en ellos el Estado de derecho vulnerado. Lamentablemente la atención de autoridades de los tres niveles se centra en la agenda electoral y no las obligaciones que establece para ellas nuestra Constitución.

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