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Nuevo Japi, más caro que Trompo Mágico

AÚN PUEDE CRECER. Ayer el gobierno del estado reconoció que la inversión en la transformación de Trompo Mágico será de “casi 800” mdp. (Foto: Michelle Vázquez)

La remodelación del museo infantil Trompo Mágico, ahora llamado Jalisco, Paseo Interactivo (Japi), costará el equivalente a cuatro veces lo que costó su construcción. La intervención del espacio se fraccionó en 58 contratos, lo que permitió que la mayor parte de las asignaciones no tuviera que pasar por una licitación.

El museo infantil Trompo Mágico fue construido durante el gobierno del panista Alberto Cárdenas Jiménez, aunque fue inaugurado por su sucesor, Francisco Ramírez Acuña, el 30 de abril de 2003. En una entrevista concedida en ese año a medios de comunicación, la primera directora del museo, Graciela de la Vega Michel, informó que el costo total del terreno, la construcción y equipamiento del museo había sido de 190 mdp.

Ese monto representa cuatro veces el invertido hasta ahora en la transformación del museo: 761 millones 487 mil 736 pesos. La cifra aún puede variar al alza, pues la remodelación no ha concluido.

A la fecha, el gasto en la remodelación ya va en 761 millones 487 mil 736 pesos, sin que la obra haya concluido. Este monto equivale a cuatro veces el costo de construcción.

El gobernador Enrique Alfaro Ramírez había asegurado en diferentes declaraciones que el costo total de la obra sería de 700 millones de pesos (mdp); sin embargo, ayer, después que El Diario NTR Guadalajara publicara el monto gastado, emitió un comunicado de prensa en el que se asegura que la inversión será de “casi 800” mdp.

Con la intención de realizarle una remodelación, el museo fue cerrado en noviembre de 2022. Para ello el gobierno del estado lanzó una convocatoria de una licitación para la elaboración del proyecto museográfico, proceso que fue ganado por la empresa Ideas, Conceptos y Espacios Museográficos, AC (Siete Colores), la única participante. El diseño del proyecto costó más de 6.9 mdp, pero no fue la única tarea de la misma empresa en el lugar, pues se le adjudicó vía licitación el equipamiento museográfico por un monto de más de 159.1 mdp.

A esos contratos se suma el de la construcción del “teatro suspendido panorámico”, asignado en 2023 a la empresa ZIF Media, SA de CV, en asociación con FT Construcciones y Proyectos, SA de CV. Por esta obra se pagarán 237.9 mdp.

Otro contrato que resalta es el que corresponde a la elaboración del proyecto ejecutivo y la colocación de señalética, el cual fue adjudicado este año vía concurso simplificado sumario (CSS) a la empresa Pólvora Design, SA de CV, a la cual se le pagarán 8.3 mdp.

El resto de la remodelación se fraccionó en otros 54 contratos de obras de diferentes montos. Para ello se abrieron 33 frentes distintos, de los cuales seis tienen tres contratos cada uno por igual número de etapas. Otros nueve frentes tienen dos contratos cada uno, mientras que los 18 frentes restantes tienen un solo contrato.

HAY DUDAS

El Diario NTR Guadalajara hizo una revisión a todas las convocatorias lanzadas por Japi, pero no quedan claras las razones por las que se fraccionó la obra, ya que además hay poca transparencia. La opacidad persiste pese a que el gobierno del estado mencionó en el comunicado enviado ayer que “todo el proyecto se ha dirigido con total transparencia, desde su plan ejecutivo por parte de la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública, hasta el proceso de ejecución de obras por un monto de 615 mdp, recursos que, mediante licitaciones públicas con alcance nacional, fueron concursadas en su mayoría de manera abierta”.

La realidad es distinta. De los 58 contratos, sólo 21 se asignaron vía licitación, mientras que el resto fue a través de un proceso de CSS que, según la Ley de Obra Pública, puede emplearse cuando el monto total “no exceda de 100 mil veces el valor diario de la unidad de medida de actualización”. Este año el valor de la UMA es de 108.57 pesos, por lo que solo podían asignarse bajo este proceso las obras cuyo valor no excediera de 10 millones 857 mil pesos; sin embargo, hay nueve contratos asignados vía CSS que rebasan ese monto.

Además, únicamente en 19 de los contratos asignados, es decir, una tercera parte, se transparenta el expediente completo, desde la convocatoria hasta el contrato. En otros 18 casos únicamente se publicó el contrato, mientras que en 17 no hay documentos que permitan revisar la asignación de la obra.

Asimismo, todos los contratos son una especie de “machote” en el que únicamente se señala el número de frente y etapa que se asigna a cada empresa, sin precisar la obra que realizará. En tres de los expedientes hay fotografías de la obra, pero cuando apenas comenzaba.

jl/I