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Bosque La Primavera, paraíso para bañistas

DE PLACER. Tras unos 500 metros de fila, los tapatíos pueden disfrutar de un buen chapuzón. (Foto: Jorge Alberto Mendoza)

Agua tibia o caliente en un río a mitad de un paisaje boscoso bajo el Sol y sin la densidad de la contaminación de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) es lo que ofreció el bosque La Primavera este Sábado de Gloria a miles de jaliscienses que dijeron ¿por qué no? a un espacio donde reina la naturaleza.

Factores como cercanía y economía obligaron a las más de 4 mil personas que acudieron al río Caliente a disfrutar de esta peculiar zona que ofrece el bosque. Aunque el balneario Las Tinajitas también fue solicitado por los visitantes.

Llegar hasta el área natural protegida no puede considerarse como un infierno, pues el tráfico no se presentó cargado, simplemente era mantener la paciencia con algunos conductores que no avanzaban o sin previo aviso se estacionaban a comprar pollo, carnitas e incluso barbacoa.

La venta de inflables y fruta se apreció exitosa, pues familias cargaban hasta con cinco cocodrilos, patos y demás. Antes de la primera caseta de vigilancia, en la que se cobraban los 25 pesos de entrada, la fila se extendía al menos 500 metros.

El camino se dividida en dos, hacia el río y al balneario. La primera parada fue el balneario, el cual estaba lleno de risas infantiles, carnes asadas y familias completas.

Las seis piscinas que tiene el balneario se encontraban aparentemente limpias para que los pequeños disfrutaran del chapoteadero y las de metro y medio de profundidad. Algunas familias llevaron a sus bebés.

“Venimos para distraernos aunque sea un rato aquí en el balneario, está muy bien aquí y porque no hay dinero para ir a otro lugar. Somos 10 y cuatro niños y los bebés”, aseguró María de Lourdes Flores.

“Nos la estamos pasando muy a gusto y decidimos venir porque es agua termal y no está contaminada como otros. Venimos ocho grandes y seis niños, además está económico”, comentó Norma Patricia Álvarez.

“Ahora decidimos un balneario más tranquilo y un poco más económico, aunque se eleva mucho el precio de entradas, por más cerca también”, señaló Alicia Barajas.

Larga fila

Para acceder al río Caliente el tramo era largo y había muchas personas que lo recorrieron a pie o en caballo; al entrar al estacionamiento el personal indicaba el lugar.

El terreno para bajar al río era un poco inestable, pero no representaba un gran peligro: entre los arbustos se asomaban diversos cuerpos con colores brillantes como rosa, amarillo o verde y se escuchaba un bullicio, más gritos que la corriente del agua caliente.

Al llegar al río el panorama era claro, lo niños disfrutaban mojarse, nadar y jugar con las piedras que se observaban a través de la claridad del agua.

“Me gusta nadar, el agua está calientita. Me estoy divirtiendo, estoy jugando con mis hermanitos, son cinco. Que venga la gente”, expresó la pequeña Ruby Alejandra Campos Hernández.

 “Me gusta el río, es muy bonito y convivir con la naturaleza y que la gente aprenda que hay que cuidarla”, manifestó Irma Gómez Muriño.

Para algunas familias ya es tradición, pues año con año vienen a celebrar el Sábado de Gloria con un chapuzón en el río. Otros decidieron acampar, montar caballos y ponys, además de volar papalotes.

 

HJ/I