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Las mujeres desaparecemos

La desaparición de mujeres en México es una de las representaciones más graves de violencia de género. El propio Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional establece un listado de conductas que, cuando se cometen en determinados contextos, constituyen crímenes de lesa humanidad. Esa situación se distingue por la existencia de un ataque generalizado y sistemático contra una población civil; en esta conceptualización se infiere que la desaparición de personas, específicamente a grupos vulnerados como niñez y mujeres, se incluye dentro de lo establecido en el estatuto.

López Obrador deja un gran pendiente no solo sin resolver, sino sin reconocer. La problemática se dimensiona cuando realizamos un zoom en las entidades federativas y particularmente en la desaparición de niñas y mujeres.

Cinco son los estados en 2024 que tienen el mayor número de casos de personas desaparecidas: Jalisco, Tamaulipas, Estado de México, Veracruz y Nuevo León; 48 por ciento de personas desaparecidas del país se concentran en estos estados. Las particularidades de la desaparición de personas es que los rangos de edad en las cuales se concentra la mayoría de los casos son de los 25 a 29 años, sin embargo, en todos los grupos etarios existen casos de personas desaparecidas; esto es una característica de que esta problemática es una práctica generalizada en el país.

Estas mismas entidades federativas tienen el mayor número de casos de niñas y mujeres desaparecidas, con 52.3 por ciento. El rango de edad en el cual se concentran la mayoría de los casos es el de los 15 a los 19 años.

En Jalisco los casos de desaparición de personas incrementaron en 2008, con un primer aumento importante en 2013, siendo 2021 el año con la mayor concentración de casos, con 2 mil 112 personas que continúan desaparecidas. A partir de 2022 los casos registrados en el estado disminuyeron sin una explicación clara. Los municipios con mayor número de casos se presentan en Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco, Tlaquepaque y Tonalá. El 20.18 por ciento de los casos de mujeres desaparecidas y no localizadas están en el rango de entre los 15 y 19 años.

El reto es que la política criminal que implemente Claudia Sheinbaum a nivel federal y Pablo Lemus en el estatal tendrá que ser desde la visión de una política preventiva e integral que proteja a las niñas y mujeres en contextos de extrema violencia, así como fortalecer los mecanismos de búsqueda inmediata como las alertas Amber y Protocolo Alba; capacitar y especializar a las personas servidoras públicas con un enfoque de género, así como incrementar el presupuesto a las instituciones vinculadas con el fenómeno de niñas y mujeres desaparecidas.

En el caso a nivel federal podríamos celebrar la creación de la Secretaría de la Mujeres; esta debe representar el fortalecimiento del andamiaje institucional con una perspectiva de género, así como acciones específicas que considere el impacto diferenciador del fenómeno de personas desparecidas en las niñas y mujeres, traducido en un cambio sustantivo, más que en un plano simbólico.

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*Doctora en Derecho

jl/I