Zapotillo, en el espejo de La Yesca: más contaminación

El secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Toledo Manzur, pidió el martes 30 de julio a los pobladores de Temacapulín y de la región alteña, integrar información para fortalecer el expediente de daño ambiental ocasionado por la construcción y posterior operación del sistema El Zapotillo, de manera que se allane el camino a cancelar el proyecto.

Uno de los documentos valiosos que se han ofrecido es el peritaje realizado por la ex Procuraduría General de la República (PGR), vía la Agencia de Investigación Criminal, respecto al proyecto de La Yesca, una enorme hidroeléctrica enclavada entre Jalisco y Nayarit, documento emitido en 2016 dentro del proceso de impugnación de esa hidroeléctrica que no ha sido resuelto hasta la fecha (amparo 3059/2011, folios 12859, 56026/15).

Su valor reside en que se determinan impactos ambientales comunes a los embalses artificiales, en busca de obligar a tomar más en serio el procedimiento de impacto ambiental, de manera que se pueda analizar en su integralidad el impacto y se pueda determinar a tiempo si este es mitigable o si de plano es mejor no construir la infraestructura.

El juicio de La Yesca no ha sido aún fallado, por lo que se espera que el dictamen pericial sea una pieza clave para determinar el destino de los afectados por el megaproyecto.

El documento, entregado ya al juez cuarto de distrito en Materia Administrativa y del Trabajo de Zapopan, Juan Manuel Villanueva Gómez, concluye: “La construcción (…) trae consigo impactos negativos al ecosistema tanto terrestres como acuáticos. Con respecto al impacto del medio acuático, como consecuencia de la inundación de la zona, la vegetación queda bajo el agua y en proceso de descomposición, aumentando la cantidad de materia orgánica en el embalse; este aumento de materia orgánica genera un crecimiento acelerado de algas y cianobacterias”.

Esta proliferación de algas “se produce el enturbiamiento del agua; eso impide que la luz penetre hasta el fondo del ecosistema (…) se hace imposible la fotosíntesis, productora de oxígeno libre, a la vez que aumenta la actividad metabólica consumidora de oxígeno (respiración aeróbica) de los descomponedores, que empiezan a recibir los excedentes de materia orgánica producidos cerca de la superficie. De esta manera, en el fondo se agota pronto el oxígeno por actividad aerobia y el ambiente se vuelve anóxico (sin oxígeno). Esta radical alteración del ambiente hace inviable la existencia de la mayoría de las especies que previamente formaban el ecosistema y mueren”.

Otro problema con la descomposición de materia orgánica “es la proliferación de organismos anaerobios (que a diferencia de los aerobios, no necesitan oxígeno) y la generación de gases como el ácido sulfhídrico (H2S), metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2) durante la descomposición de la materia orgánica. Dando un mal aspecto y mal olor al embalse (…) CO2 y metano son gases de efecto invernadero y contribuyen al calentamiento global”.

TAREA. Habitantes de los Altos y de otros poblados afectados por la presa deberán reunir elementos contra el proyecto.
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FALTA DE INFORMACIÓN

El peritaje incluye respuestas a una serie de preguntas en donde destaca la precariedad informativa con que la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat autorizó la manifestación de impacto ambiental, o del modo en que la Dirección de Vida Silvestre de la misma dependencia valoró el impacto en flora y fauna, la falta de reportes y de indicadores del éxito de medidas de mitigación. En general, el constructor no invierte recursos para monitorear esos impactos aunque la ley le obligue.

“No es posible garantizar la no afectación y fragmentación o aislamiento de los corredores biológicos, cuando hay intervención del hombre en este tipo de ecosistemas; la construcción de una presa va a tener una afectación y fragmentación del ecosistema”. Y enumera: reducción de superficie de selva, disminución de selva de galería (en las cañadas) y de otros tipos de ecosistemas. Reconoce también que la autoridad responsable no mide el impacto de las obras sobre los pueblos vecinos y en general hay incertidumbre sobre el daño a largo plazo, pero un impacto obvio será la creciente sedimentación del cuerpo de agua y la disminución de su capacidad de almacenamiento, dado que no se tiene un manejo integral de la cuenca y ni siquiera se busca la creación de un área natural protegida que lo pueda instrumentar.

Este es el panorama para La Yesca. En el caso de El Zapotillo, hay que agregar que la actividad pecuaria en su cuenca es considerablemente mayor y que al ser agua destinada a uso público urbano, el tema de la calidad amerita estudios más profundos.

“No es posible garantizar la no afectación y fragmentación o aislamiento de los corredores biológicos, cuando hay intervención del hombre en este tipo de ecosistemas”

Extracto del peritaje entregado al juez

Frente a frente

•  Mientras los gobiernos de Jalisco y Guanajuato empujan la conclusión a 105 metros de la Presa El Zapotillo, los pobladores de los Altos han encontrado en el nuevo secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Víctor Toledo Manzur, al mejor aliado para impedirlo
•  La unanimidad que el gobernador Enrique Alfaro Ramírez pretendía lograr entre los sectores público, social y privado de Jalisco está rota: la Universidad de Guadalajara, el ITESO, el Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua en Jalisco y los colectivos que apoyan la conservación de Temaca, se oponen al proyecto de anegar la zona de exportar agua a Guanajuato

JJ/I