El secretario de Hacienda, Edgar Amador, compareció este miércoles ante el Senado para explicar el impacto del apoyo financiero a Pemex en las finan...
...
Las lluvias provocaron el cierre del paso a desnivel de Ávila Camacho y Américas. ...
Los manifestantes se reunieron a las afueras de palacio de gobierno para lanzar consignas en contra del estado de Israel. ...
Más de 21 mil ingresaron a centros universitarios y los más de 67 mil restantes a las preparatorias del SEMS....
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, señaló que ahora el grupo español de energía y agua Cox comprará la filial mexicana de Iberdrola ...
Ya están en negociaciones con EU para proteger empresas y empleos en ambos lados de la frontera...
El senador del PAN, Enrique Vargas, advirtió que la reforma a la Ley de Amparo representa un avance hacia un modelo autoritario...
La reforma representa “el peor retroceso en materia de derechos fundamentales en México”...
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este sábado su decisión de desplegar las tropas y su autorización del uso de la "fuerza tot...
La Selección Mexicana Sub-20 sumó su segundo empate en el Mundial de Chile al empatar 2-2 frente a España en el estadio Nacional de Santiago...
Barcelona perdió 1-2 ante PSG en su debut en la Liga de Campeones tras un partido intenso y una remontada en el minuto 90...
La edición 2025 contará con la participación de más de setecientos escritores de doce países. ...
En agosto se alzó como la película más vista de la plataforma con 236 millones de visualizaciones. ...
La ANDI confirmó el fallecimiento del actor Carlos Arau, quien a lo largo de 35 años se destacó como actor, director, guionista y productor en cine...
La Capilla de Santa Paula, ubicada dentro del Museo Panteón de Belén, abrió sus puertas este jueves 25 de septiembre como un nuevo espacio dedicado...
Tras su paso por prestigiosos festivales internacionales, el filme se detiene en las salas de cine....
¡No!, al aumento
Me dijeron no negociar con Salinas Pliego
En México, casi desde mediados del año, las autoridades empezaron a preparar las condiciones para declarar, aunque no explícitamente, que la pandemia, después de más de dos años, había sido superada. Eso sucedió desde el momento en que se dispuso que todas las actividades volvieron a la “normalidad”, que el uso del cubrebocas pasara a la categoría de opcional y que en muchos lugares públicos desapareciera el gel igual que la exigencia de la sana distancia.
Así como al principio no sabíamos mucho de la pandemia y el virus SARS-CoV-2, al final existen versiones que afirman que no se sabe con precisión cuántos millones de personas han muerto en el mundo: ¿10 o 20 millones? En realidad, eso no preocupa a quienes tienen una visión neomaltusiana o fascista. Los primeros dirían: cualquier cantidad de muertos no tiene ninguna importancia cuando somos alrededor de 8 mil millones de personas los que habitamos el mundo. Por su parte, los segundos afirmarían: murieron los débiles, los que igual morirían y significaban una carga para la sociedad productiva y el Estado.
Desconcertados y aterrados. Ese fue el efecto cuasi inmediato de las políticas sanitarias globales y nacionales; de la infodemia, la certeza temprana de las insuficiencias mortales del sistema de salud pública y la ignorancia de la ciencia médica respecto del virus y su comportamiento. De inmediato, en general, socialmente se observaron dos actitudes: por un lado, se aceptaron acríticamente las indicaciones sanitarias suponiendo, como en otros casos, que se trataría literalmente de una cuarentena y, por otro, se manifestó un alud de opiniones que, unas en tono crítico y otras profetizando decían de lo que ya no deberíamos seguir haciendo cuando la pandemia fuera superada. Parecía que una subjetividad social mundial emergía impulsada por la pandemia y sus imágenes apocalípticas.
Pero los 40 días se convirtieron en meses; transcurrió un año de encierro, luego dos y la pandemia siguió habitándonos mientras que la información veraz y el actuar común y responsable de las autoridades políticas y sanitarias en cada país y a nivel mundial nunca llegó. Mientras tanto, por los efectos de la pandemia y otras enfermedades, vimos morir o supimos del fallecimiento de mucha gente a nuestro alrededor.
Mi amigo José Antonio Vital Galicia, un trabajador y sindicalista del sector salud de la Ciudad de México, apenas iniciada la pandemia, como previniéndome para lo que venía, me dijo: la mayor parte de la población se contagiará, pero muchos ni siquiera se darán cuenta. Morirá mucha gente. Tenía 63 años y pocos días antes de su muerte (05/03/22) lo vi en fotos en su última protesta en el Zócalo. Seguro todos tenemos una lista de quienes perdimos durante la pandemia.
Sistema inteligente y perverso. Este pronto se dio cuenta que la pandemia lo pondría en cuestión si se comprendía que ésta era un claro resultado de la crisis ambiental y el colapso climático que provocan las formas globales de acumulación capitalista. La enfermedad y la muerte es algo consustancial a este sistema, pero nunca en la historia, en tan poco tiempo y en todo el mundo, había provocado tantas muertes prematuras e injustificadas.
No estábamos bien antes. No estamos bien ahora. Mucho de lo dicho tempranamente, fue motivado por el miedo al contagio, a la muerte prematura y en soledad; a la pérdida o alteración significativa del confort y de la estabilidad precaria. Se temía, como sucedió, que pudiéramos estar peor. El miedo a morir hizo ganar a la idea contrainsurgente de volver a la normalidad que antes cuestionábamos.
[email protected]
jl/I