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Federalismo fiscal

La semana pasada fui invitado a participar en las mesas de trabajo sobre el federalismo fiscal organizadas por el gobierno del estado de Jalisco. Estas mesas buscan proponer mejoras en las relaciones entre la Federación, el estado y los municipios y en las finanzas públicas estatales y municipales.

Las mesas de trabajo constituyen un ejercicio donde se conjugan la experiencia y el conocimiento de funcionarios públicos, especialistas del sector privado y de reconocidos académicos. Más aun, constituyen un espacio para analizar los problemas de los que adolece el estado de Jalisco y sus municipios.

Las mesas de trabajo se enfocan en cuatro áreas. La primera refiere al sistema de participaciones federales. La segunda refiere a la colaboración administrativa. La tercera refiere a la descentralización del gasto. La cuarta refiere al sistema de administración tributaria de Jalisco.

Los trabajos de estas mesas serán realizados a lo largo de este mes. Como resultados de dichos trabajos se espera que se presenten diagnósticos y propuestas útiles para mejorar las finanzas públicas y la provisión de bienes y servicios públicos.

Las mesas, además, también podrían ayudar a evidenciar algunas ideas erróneas sobre el federalismo fiscal y las finanzas públicas. Quizá la más conocida es aquella que señala que “Jalisco es tratado injustamente porque recibe menos recursos que lo que da a la Federación”.

En este contexto, cabe señalar que si el federalismo fiscal fuera “justo” se agudizaría la polarización económica. El federalismo redistribuye los recursos de los estados más ricos a los más pobres para reducir las desigualdades que hay entre las regiones y entre los ciudadanos del país.

Otra idea errónea es que los problemas estatales y municipales podrían resolverse incrementando las transferencias federales. Esta idea es cuestionable debido a las limitaciones de recursos humanos y materiales que existen en los niveles de gobierno estatal y municipal.

En la práctica dichas limitaciones se reflejan en la falta de la infraestructura de las administraciones. Asimismo, se reflejan en escasa capacitación de los funcionarios públicos, en la ausencia de registros administrativos y financieros y en la existencia de prácticas administrativas ineficientes.

En mi opinión, las mesas de trabajo podrían ser útiles para mejorar las relaciones intergubernamentales y las finanzas públicas estatales y municipales. Asimismo, podrían ser útiles para evidenciar los mitos del federalismo fiscal y las limitaciones de las administraciones públicas estatal y municipales.

Finalmente, no sobra señalar la importancia de la disposición gubernamental para con el trabajo de las mesas. Una buena disposición no sólo podría mejorar las prácticas del federalismo fiscal; también podría sentar un buen precedente para el manejo de las finanzas públicas del país.

jl/I