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Prisas y correcciones

Bien dice el dicho que “las prisas no dejan nada bueno” y debería ser el mantra a seguir por la actual legislatura, porque se ha caracterizado por todo lo contrario.

Los actuales diputados, apenas en su primer año en funciones, se están distinguiendo por ser los que tienen más prisas en sacar los temas como si se les fuera a acabar el tiempo y, por consiguiente, les han tenido que corregir la plana en varias ocasiones y quizás rompan el récord en comparación con sus antecesores.

Terminaron 2022 con sesiones de último minuto para cumplir con órdenes judiciales y arrancaron 2023 con las mismas prisas para corregir los errores cometidos la anualidad pasada.

Todos conocen los errores que ha habido en la aprobación de convocatorias que tiene que estarse corrigiendo sobre la marcha, ya sea por falta de aspirantes que no tienen los mínimos que se requieren para la elección, por errores en la redacción o por la interpretación de las mismas.

Tan sólo en esta semana llevan dos correcciones. La primera fue en la Comisión de Hacienda para corregir leyes de ingresos de seis municipios porque por las prisas y la titánica tarea para la revisión de todos los documentos, estos municipios fueron afectados porque no se publicaron en el periódico oficial El Estado de Jalisco las tablas progresivas de valor patrimonial con las cuales se calcula el impuesto predial, y si no están publicadas en teoría no podrían cobrarlas.

El error fue detectado por los municipios afectados y pidieron, desde el año pasado, las correcciones, pero como estaban de vacaciones no pudieron ser escuchados y hasta esta semana promovieron los cambios y sólo falta que el pleno haga la corrección cuando sesionen y lo aprueben.

Ayer corrigieron la convocatoria que emitieron para magistrados para decretar la suspensión de uno de los cuatro cargos que se buscaban debido a que el magistrado que no lo ratificaron por un segundo periodo impugnó la decisión, y detuvo el proceso hasta que se resolviera de fondo su amparo.

En el pasado ha habido errores de dedo en los dictámenes aprobados porque puede convertirse en un lugar común, y ahora las correcciones son más graves porque influyen en el contenido por hacer interpretaciones a ligera, subestimar recomendaciones y por falta de estudio.

La nueva mayoría cambió la dinámica en el Congreso local al incorporar a nuevo personal que carece de la experiencia legislativa y por negarse a recibir consejos porque ellos lo pueden todo o porque así son las indicaciones que reciben, y los han llevado a aprobar y decidir cosas sin tomar en cuenta al otro.

Incluso a esta Legislatura le está tocando pagar los platos rotos de otros porque debe asumir las correcciones por redacciones que van en contra de la Constitución y que son señaladas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación y ésta ordena la modificación.

El año pasado se aprobaron el Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos del estado con muy poco tiempo, por lo que no dieron pie a la revisión cuidadosa del documento ni a generar consensos con las fuerzas políticas, y lo mismo pasó con las leyes de ingresos de los 125 municipios las cuales ahora se tienen que corregir por errores visibles.

Las prisas que tienen por destacar, por cambiar el mundo y porque no haya fuerzas ajenas a sus intereses que los detengan los han llevado a un camino de errores y correcciones, como si ésta fuera parte de la historia que quieren dejar.

Apenas empieza su segundo año. Deberían hacerse el propósito de analizar las cosas con calma porque sólo los que tienen tanta experiencia legislando o los que tienen más tiempo asesorando se equivocan menos.

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jl/I