INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

La cara dura del nuevo PRI

In memoriam Jesús Reyes Heroles

 

La búsqueda de chambas públicas a como dé lugar, aunque sean de baja estofa, ha llevado a muchos priistas a ver con buenos ojos la alianza con sus enemigos tradicionales, de raíces cristeras, huertistas y contrarias a la Revolución que, con todo y su desorden emergió en 1910 o 1914, según se vea, y consiguió abrir una época de extraordinario desarrollo.

Lógico es, aunque resulte desagradable aceptarlo, que con su carácter de partido político emanado del gobierno triunfante se colara en sus filas una cauda de buscachambas que, a las pruebas me remito, resultaron capaces de cualquier filiación con tal de permanecer o colarse en la nómina gubernamental.

Recuerdo una reunión “virtual” de los priistas jaliscienses cuando se empezó a plantear la alianza con el PAN: uno de sus mayores talentos, Francisco Morales, hizo una intervención breve pero contundente que se oponía a pactar con el enemigo… sin embargo, vencieron jóvenes ambiciosos con el argumento pueril de que, “desde adentro”, se podría trabajar mejor en favor de los principios del Revolucionario Institucional…

En aras, pues, de conseguir chambas se produjo la alianza que, por cierto, dio lugar a que muchos priistas de buena cepa, sin hacer argüende, a la hora de la verdad votaron a favor de AMLO en 2018. ¿De qué otra manera se explica que un abultado 54.5 por ciento de los sufragios hayan sido a favor de éste?

Lo curioso y hasta indignante del caso es que ahora el presidente de eso que siguen llamando PRI se quiera abonar los méritos antiguos de este partido y cínicamente hable de ellos como si él los hubiera heredado.

No es de balde que la antigua plana priista se haya marginado de su partido en los últimos meses, con lo cual le dan una sonora bofetada al tal Alito quien anda mendigando migajas en las filas del antiguo enemigo de su instituto político, pero esté esgrimiendo las viejas glorias del tricolor a quienes él mismo ha traicionado con la mayor cara dura.

¿No se acuerda el repudiado presidente del PRI, o no le conviene acordarse, de que una de las primeras figuras del antiguo rival y fallido candidato a la Presidencia se pasó casi dos años insultando constantemente en todos los medios a los militantes del PRI?

¿Se acuerdan de que el presidente Peña Nieto, la señora Ruiz Massieu y Salinas de Gortari, además de otros capitostes, que ahora se niegan a reconocerlo, aunque muchos en Guadalajara, declararon que el PRI debería “cambiar de nombre, de colores y de plataforma ideológica”? Es que, en realidad, la naturaleza antigua de este partido les estorbaba, pero es el caso de que todavía hoy pretenden aprovecharse de su antiguo prestigio y no se han atrevido a dar el paso. Más aun, su presidente invoca, cínicamente, a la historia del PRI para levantar la cabeza en la próxima campaña…

Lo que debió de haber hecho un presidente digno del PRI es buscar la aquiescencia de la antigua cúpula y de los priistas más prestigiados, enarbolar de nueva cuenta el “nacionalismo revolucionario” y no abrazarse de manera tan abyecta a esta nueva versión del “porfirismo” o “conservadurismo” que quiere volver al pasado. De esta manera pudo haber recuperado votos que hace cuatro años se fueron con Morena, pero tal como va es de suponerse que perderá todavía más y todo acabará con un lamentable réquiem por un partido que fue nacionalista y revolucionario y, con todo y su cauda de defectos, le dio a nuestro país un impulso más que extraordinario.

[email protected]

jl/I