INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

El PAN: de González Luna a García Luna

En México, lo sabemos, la clase gobernante puede hacerse cargo de algunas cosas, por ejemplo, construir una presa, un hospital, una autopista, un aeropuerto, entregar útiles o becas a estudiantes o construir un puente, pero no tiene la capacidad de proteger la vida de quienes lo crucen ni las de los estudiantes beneficiados ni las de los viajeros que utilizarán una terminal aérea o una carretera. Así de absurda es nuestra realidad.

Ha quedado claro que el actual gobierno federal no tiene una estrategia para afrontar el problema más grave que padecemos en este país desde hace décadas. Cuando el presidente y las y los gobernadores presentan cifras y sus fiscalías relatan los terroríficos hechos que se presentan todos los días, parece que lo hacen como un espectador más, un ciudadano ordinario que muestra su pesar y su asombro ante las cada vez más sofisticadas “técnicas” que implementan los cárteles de las drogas para masacrar a sus oponentes y a las y los ciudadanos de a pie.

Bajo este contexto, el inicio del juicio de Genaro García Luna, aplazado desde octubre de 2022, comienza a supurar mucha de la podredumbre que se vivió durante los periodos de los panistas en la Presidencia. Y en algo tiene razón AMLO: la supuesta guerra contra el narco no fue más que una costosísima simulación.

Hoy, el ex secretario de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón y ex titular de la Agencia Federal de Investigación en el de Vicente Fox está frente a una corte estadounidense y el resultado de este proceso podría ser letal para el PAN de cara a 2024.

El primer golpe para este partido se dio con la detención del exfuncionario en Dallas, Texas, el 10 de diciembre de 2023, acusado de recibir sobornos del Cártel de Sinaloa. A partir de ese momento, y por más que han intentado deslindarse del caso, los panistas del país siguen vinculados a Fox y a Calderón y, haiga sido como haiga sido, también a García Luna.

Marko Cortés, dirigente nacional de Acción Nacional, afirmaba hace dos años y medio, en una entrevista televisiva, que era “una decepción que un sexenio que se decía que combatiría la delincuencia organizada con toda la fuerza ahora resulte que haya sido un sexenio en el que el titular del área pudiera haber estado involucrado (…) porque no puede ser que quien es el policía bueno termine siendo el malo”, pese a ello, ha insistido en deslindarse de este tema.

La desesperación de Marko, de algunos gobernadores y de muchas y muchos otros panistas del país por mantenerse al margen del affaire García Luna les servirá de poco ante la opinión pública. En toda democracia es muy usual que se transfieran los positivos y los negativos de los individuos a la institución y viceversa. Existe entonces, una corresponsabilidad entre las acciones y las percepciones. Por ejemplo, todo lo que ocurre con los gobernantes morenistas, bueno y malo, le pega directo a la marca partidista y al presidente. Peña Nieto y su gestión como presidente llevaron a la tumba al PRI.

Así, los blanquiazules deberán asumir las consecuencias de haber llevado a Fox y a Calderón a la presidencia y, en lugar de intentar esconder la cabeza bajo la tierra, deberían de preguntarse cómo es que abandonaron su vocación humanista, lúcida e ilustrada, al estilo González Luna, para convertirse en gobiernos pragmáticos y corruptos donde García Luna hacía las veces de zar antidrogas y capo de la “maña”.

[email protected]

jl/I