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Transformar los sistemas educativos

Hace una semana fui invitado a participar en la jornada de diálogos participativos de la Asociación de Directores Educativos de México (ADEM) en Puerto Vallarta, donde el tema principal fue el liderazgo ante el cambio necesario en los paradigmas para la mejora de la calidad educativa, donde participó la presidenta de la asociación, Margarita del Pilar Silva Rojas.

La educación mundial y desde luego de nuestro México presenta el reto más grande de la historia debido a lo cambiante del mundo, sorprendido por la innovación tecnológica y la transformación de la productividad. En la última década la evolución ha sido impresionante y resulta mágico pensar lo que será de la sociedad en 2050, cuando estarán activos quienes hoy están naciendo.

¿Cómo preparar a nuestros hijos y alumnos desde ahora para enfrentar ese panorama? ¿Cuántos alumnos estarán activos en las aulas en el sistema nacional de educación? ¿Cuántos y qué perfil deben tener los docentes y los directivos? ¿Cuál será la tasa de deserción? ¿Cuál debe ser el currículo escolar que responda a las exigencias de una sociedad en plena transformación? ¿Cuál debe ser el gasto público de la educación? ¿En qué se debe invertir el PIB destinado a la educación?

La brecha tecnológica, productiva y de riqueza se abre cada vez más entre los países y por lo tanto la UNESCO sugiere que cada país debe determinar sus propios valores de referencia de acuerdo a su contexto social y económico. Es imprescindible acelerar el ritmo de enseñanza y aprendizaje hacia procesos claros de tendencia mundial, como el uso de la tecnología y la ciencia, la salud y la nutrición, la multiculturalidad y el aprendizaje de varios idiomas (desde luego el inglés), los principios universales y los valores humanos, el cuidado del medio ambiente, la cultura del respeto a la diversidad y la paz, la resolución de problemas sociales, las nuevas tendencias laborales, la creatividad, el arte y la innovación, el emprendimiento y las finanzas, la eliminación de la pobreza, el hambre y los abusos del mal gobierno entre otras necesidades que ya en este momento exige el planeta.

La formación, valoración y remuneración de los docentes y directivos es un tema de políticas educativas así como la mejora de las instalaciones de las instituciones educativas. Salvo los países fuertes económicamente que muestran celeridad, el resto arroja déficit estadístico que incumplen metas propias de educación.

Es imperante entonces incrementar la participación de los padres de familia en voluntariados para la formación y la buena crianza, así como el financiamiento de los empresarios en proyectos específicos en la educación desde el preescolar y desde luego en la vida universitaria ya que el vertiginoso cambio no permitirá que ningún presupuesto alcance. Es de aplaudir que el gobierno del estado de Jalisco, a través del titular de Educación, Juan Carlos Flores, ya ha tomado muchas de las iniciativas aquí mencionadas, incluyendo al empresariado para sus logros.

jl/I