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Evangélicos, creencias y visión política

Los evangélicos influyen no solo en la política estadounidense, sino en la de otras partes del mundo, como Brasil y México. En noviembre de este año habrá elecciones para gobernador en Kentucky, Luisiana y Misisipi, en Estados Unidos, y el impacto de los evangélicos será importante.

Los evangélicos representan cerca de 14 por ciento de la población total. En el Partido Republicano, casi 40 por ciento de sus afiliados y simpatizantes son evangélicos, por lo que tienen un poder importante dentro del partido, que obliga a los distintos candidatos republicanos a contar con ellos si quieren que avancen sus carreras políticas.

Los evangélicos como votantes son muy organizados; los pastores de las iglesias evangélicas, a través de sus medios de comunicación y organizaciones políticas, trabajan juntos para decirles a los cristianos cómo votar y asegurarse de que acudan a las urnas.

Cada elección la presentan como una lucha del bien contra el mal e impulsan una visión electoral como si estuviera en juego el destino de la nación, e incluso del cristianismo mismo. Así movilizan a sus bases de una forma muy eficaz.

Los sociólogos del fenómeno religioso establecen que, en lo estrictamente religioso, en lugar de centrarse en el amor al prójimo, los evangélicos optan por luchar por la verdad y el orden que implica su idea de Dios, y tienden a ver enemigos por todas partes.

En el caso de la pena de muerte, los evangélicos consideran necesario hacer cumplir “la ley y el orden”. La tortura, a su juicio, es un instrumento más del Estado para imponer la estabilidad social. Tienen una visión simplista del mundo, dividido para ellos en buenos y malos. Con la creencia de que Dios está de su lado, cualquier acción que hagan la consideran justa y necesaria.

El verdadero problema es que la política ha llegado a definir lo que significa ser evangélico, más que la teología o los fundamentos de su fe. En muchos casos, los propios pastores, líderes y laicos, excluyeron de sus iglesias y comunidades a aquellos que no estaban de acuerdo con su agenda política, independientemente de los compromisos teológicos que comparten.

Por otra parte, en relación al cambio climático y su visión ecológica, se observa que sí hay activistas climáticos evangélicos, pero la mayoría de los evangélicos son escépticos de la ciencia del clima.

El problema es que los republicanos tienden a negar aún que el cambio climático sea un problema y se oponen a las intervenciones gubernamentales, además de su escepticismo hacia la ciencia, por su oposición a la teoría de la evolución.

Pero también tienen razones religiosas. Mientras que los católicos creen que Dios mandó a los hombres a cuidar la tierra y a no destruirla, lo que significaría preservar el planeta, los evangélicos creen que la creación se le dio al hombre para que la usara a su provecho, y que el tiempo de la destrucción de la creación deberá coincidir con la venida de Cristo y el fin de todos los tiempos, así que para qué cuidarla.

Para los evangélicos, el islam es más un aliado que un enemigo; después del 11 de septiembre, el islamismo reemplazó al comunismo como la última amenaza, pero hoy los evangélicos se preocupan más por las feministas, los demócratas, los progresistas y los activistas LGBTQIA+.

La mayoría de los evangélicos son decididamente antifeministas. Sus puntos de vista teológicos apoyan la autoridad patriarcal y algunos siguen insistiendo en que el lugar apropiado de las mujeres está en el hogar, como esposas y madres. Los evangélicos consideran que el feminismo es hostil al cristianismo y al plan de Dios para las mujeres.

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