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Quedan a deber políticas

A diferencia de otros trienios de gobierno, en el actual hay muchas políticas que ocupan cargos decisivos y con influencia en la toma de decisiones, que han aprovechado sus espacios para la promoción personal y proyectos propios, pero que en conjunto quedan a deber, sobre todo a su género.

Sólo basta con voltear a la capital del estado donde están el Ayuntamiento de Guadalajara y el Congreso local para hacer un repaso de las asignaturas pendientes en tema de sororidad y donde los temas permanecen detenidos, congelados o sin avances.

Las políticas han conquistado los espacios, los han hecho propios, incluso una de ellas llegó a ser alcaldesa interina de Guadalajara, el municipio más importante del estado, y otras han logrado ser presidentas de la Mesa Directiva del Poder Legislativo; sin embargo, falta que dejen plasmadas sus contribuciones trascedentes para beneficio de este género.

Y el reclamo viene porque en estos tiempos, numéricamente, están en puestos que pueden marcar la diferencia y no lo hacen.

En este año las activistas y feministas han levantado la voz en varios temas en los que podrían ser respaldadas, avanzar la agenda que defienden desde hace años y aún hay pendientes porque se han dado pasos pequeños.

Tan sólo en el Ayuntamiento de Guadalajara sólo una de las 10 regidoras que tiene estuvo interesada en exigir que se visibilizara que hubo una mujer que ocupó el máximo puesto de Guadalajara y propició que se retirara la cortina negra que cubría su retrato y que está listo para ser descubierto desde el inicio de la administración.

Estas regidoras mayoritarias no han exigido en público y oficialmente una respuesta del porqué se mantenía oculto después de año y cinco meses o qué se necesitaba para que sea visto. Si hubieran unido sus voces desde hace tiempo ya estaríamos contando otra historia.

Empero, la dinámica partidista les impide ver por éste y otros asuntos parecidos porque, pese a ganar en número al sexo opuesto, la verticalidad partidista pesa y pesa mucho.

Lo mismo pasa en el Congreso local, de 38 diputados, 24 son del sexo femenino y la autonombrada bancada de mujeres aún no ha logrado trascender, hacer historia, marcar la agenda o simplemente hacerse visible.

Para la fecha simbólica del 8 de marzo, conmemoración del Día Internacional de la Mujer, se pusieron como reto lograr una reforma con sanciones en temas de violencia y abuso sexual contra niñas, adolescentes y mujeres, pero la fecha las alcanzó y no hubo nada. Ni siquiera hay consenso en la propuesta para buscar su aprobación.

Igual pasa con otros temas como la llamada ley vicaria, la cual sigue congelada, el reconocimiento al trabajo doméstico, el sistema estatal de cuidadoras y otros.

En esta semana se sumó otra demanda social feminista, que sería aumentar los candados a los deudores alimentarios para presionar a que cumplan con su pago al momento de limitarles el acceso a trámites como credencial de elector, créditos, pasaporte, licencia de conducir y otros. Incluso las madres solteras piden que sean nombradas como las madres de hijos con padres ausentes.

Si seguimos en la lógica que hay hasta ahora serán temas que irán lentos porque afecta a muchos, y hay que contar cuánto tiempo pasa para defender una agenda que por sororidad deberían hacer algo, darle prisa.

Si se hace un recuento de las acciones logradas por las diputadas en lo individual podrían superar a sus compañeros, pero si analizamos los temas que defienden en conjunto en la agenda feminista, que algunas tienen, quedan a deber. Aunque digan que no, siguen minimizando su fuerza, quizás por temor o desinterés en que su instituto político las reprenda y han dejado ir su principal fortaleza. ¿Cuándo la usarán?

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jl/I