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Los sueños de Lemus

Apenas cumplió Pablo Lemus Navarro un año como alcalde de Guadalajara y ya presume sueños que no logró convertir en realidades en cuanto al Centro Histórico y los libros.

El año de Guadalajara, Capital Mundial del Libro ya se acabó. Este 22 de abril debe pasar la estafeta a la ciudad africana de Acra y aunque generó muchas expectativas, al final hubo muchos comentarios de que quedó a deber y para muestra algunos botones.

Para rendir su informe de actividades estuvo a inicios de la semana en la sede de la UNESCO en París, Francia, después de tomarse dos semanas de vacaciones, y ahí fue donde presumió un corredor literario que no existe y quedó en un sueño.

Con mucha seguridad expuso que los 2.6 kilómetros peatonales de Paseo Alcalde se convirtieron en un corredor literario y de arte urbano, según el audio compartido por la oficina de Comunicación Social para documentar este encuentro.

En su charla proyectó una imagen de un corredor literario describiéndolo como un sitio donde la gente lee en las bancas, está lleno de librerías y de arte urbano.

“Decidimos hacer ahí un corredor literario de 2.6 kilómetros. Tú puedes caminar por, nosotros le llamamos Paseo Alcalde, a este espacio público (…) esto que pareciera un espacio hermoso, pero abandonado en donde no había personas, hoy luce pletórico, lleno de librerías, cafés, de arte urbano, la gente leyendo en el espacio público, jugando ajedrez, gozando de los monumentos históricos de nuestra ciudad, y esto se lo debemos en mucho a Guadalajara, Capital Mundial del Libro, por eso nuestro agradecimiento a la UNESCO”, afirmó durante el informe.

La realidad es que se trata de un corredor que fomenta la dinámica social, donde la gente lo recorre para ir de un lado a otro, ya sea de manera peatonal o con bicicleta, scooter o patines, pero está lejos de ser un corredor de lectura.

Presumió que hay 86 puntos wifi de acceso gratuito y en los cuales se pueden descargar 13 mil títulos de libros: sin embargo, no hubo la difusión adecuada para que la gente lo supiera. Las placas con la información han desaparecido y los 20 buzones literarios instalados para el intercambio de libros están vacíos. Fracasó.

En la práctica no funcionó el dejar un libro y llevarse otro porque actualmente sólo cuentan con folletos, libros de propaganda, panfletos o revistas de las que nadie quiere leer y sólo hacen bulto o están vacíos. Lo bueno es que aún existen y puede retomarse.

También destacó la instalación de bancas con forma de libro abierto, hechas de fibra de vidrio intervenidos por artistas tapatíos, las cuales son visibles y llaman la atención para tomarse la fotografía del recuerdo, pero resultan incómodas para permanecer mucho tiempo en ellas o para leer.

Habló de festivales, encuentros con escritores, talleres, conferencias, charlas, en total 2 mil 600 actividades que se desarrollaron tanto en el Centro Histórico como en universidades públicas y privadas, bibliotecas municipales, escuelas y algunos museos. Hubo muchos eventos, pero que pocos conocieron pese a tener una página web de consulta, la mayoría de la convocatoria respondió a un público cautivo.

A este evento le faltaron muchas cosas, quizás la más importante fue contagiar la emoción de ser la capital mundial de libro y ofrecer el evento gancho, ése del cual estaríamos todos hablando y presumiendo con fotografías en redes sociales, o del que nos lamentaríamos porque no haber asistido.

A este sueño le faltó pasión y amor para que todos hablaran de él, y se quedó en actividades dispersas que algunos recuerdan y otros no relacionan con este nombramiento, y con ciertos talleres que no terminaron siendo lo prometido. Aquí sí hubo dinero, 100 millones de pesos, que no logró despertar el interés de la mayoría de los tapatíos.

Este sueño del corredor literario, lleno de librerías y con gente leyendo en las bancas lo sigo esperando, me sumo a que exista. Y por cierto, los jugadores de ajedrez están desde hace años ocupando el espacio público, antes lo hacían en las escaleras de la presidencia municipal y ahora ya tienen un lugar en Paseo Alcalde, pero ninguna otra atención.

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jl/I