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Gentrificación tiene efectos psicosociales en personas expulsadas


Un artículo académico mostró cómo la gentrificación genera efectos negativos a nivel psicosocial para las personas que se ven obligadas a dejar lo que fue su hogar por años para dar paso a desarrollos inmobiliarios, como ocurre en Guadalajara.

El investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Óscar López Carrillo, documentó esta situación a través del artículo académico ‘Voces del desalojo. Narrativas contra el proceso de gentrificación en la ciudad de Guadalajara’.

El documento consiste en una entrevista etnográfica realizada a la señora Guadalupe Sarabia quien, siendo adulta mayor, vive un proceso en contra de la gentrificación que busca desterrarla de su casa ubicada en Arcos Vallarta.

Su vivienda sufrió daños generados por la construcción de una torre departamental de la empresa Aravel. 

“Su casa seguía siendo afectada por la construcción. En tal sentido, refiere que algunas paredes comenzaron a cuartearse, que los vitrales y las ventanas se fueron quebrando gradualmente dado que la casa comenzó a hundirse y que incluso la inmobiliaria construyó, sin su consentimiento, una pared en su propiedad”, describe el documento.

Ella inició el proceso legal para la reparación del daño en 2018, la empresa accedió a dialogar con ella, pero sólo reconocieron pagar reparaciones por menos de una sexta parte de lo cuantificado por Sarabia que eran 640 mil pesos.

Por los daños en la vivienda, tuvo que desalojarla y, esto le generó un radical cambio de vida que provocó, a su vez, afectaciones a su salud física y psicosocial.

“Cogió un bastón y me contó como su capacidad psicomotriz se había visto reducida, había un tumbo en su caminar; refirió que había bajado 10 kg en estos meses, lo cual era bastante notorio en su físico desde la primera vez que le vi meses atrás; refirió tener problemas de sueño y que cuando podía conciliar el sueño tenía pesadillas; además me expuso que padecía de una terrible ansiedad que la había llevado a tomar proceso con el psicólogo, el psiquiatra y el neurólogo”.

En agosto, tras cinco años de proceso legal, vivir fuera de su hogar y sus complicaciones derivadas de este problema, pudo regresar a su casa, pues la empresa fue obligada a hacer las reparaciones.

jl