...
Trump advierte a Afganistán que si no recupera la base de Bagram "pasarán cosas malas"...
El Frente Unido por la Vivienda Digna y el Territorio realizó la primera movilización en la ciudad para visibilizar y protestar contra los efectos d...
Más de 21 mil ingresaron a centros universitarios y los más de 67 mil restantes a las preparatorias del SEMS....
Le envía la misiva a Claudia Sheinbaum ...
El Instituto recuerda a las y los trabajadores que todos los trámites son gratuitos....
El más reciente fallecimiento fue el de Ricardo Corona Hernández, de 38 años...
Los Diablos Rojos del Toluca exhibieron a las Chivas del Guadalajara y las derrotaron 3-0 en el Estadio Akron...
El cine mexicano vivió una de sus noches más importantes con la entrega de los Premios Ariel 2025, celebrados el sábado 20 de septiembre en el Cent...
Contiene obras de 25 artistas de Gaza que han estado "trabajando durante un genocidio...
El abogado de los amparos
Porque nos la quitaron
La quiero ayudar, le dijo el agente vial por segunda ocasión cuando la conductora no encontraba, en su nerviosismo, el seguro de su automóvil. Pero antes le explicó que él no necesitaba esa ayuda, que la ayuda era para ella, porque la multa le saldría carísima, pero él tenía su trabajo, le pagaban bien, tenía prestaciones, pero quería ayudarla a no pasar las penurias de ir a las oficinas de recaudación.
La conductora, una mujer de unos 60 años, había ido por unos tacos para almorzar y, al dirigirse a su casa, no se puso el cinturón. A las dos cuadras, en un alto de esquina, se topó con el agente de Vialidad, quien le dio la orden de detenerse. Le preguntó si sabía las razones, ella respondió que sí. De inmediato, el policía pidió sus documentos: licencia de manejo, tarjeta de circulación y, raramente, el seguro del carro con el argumento de que, si –hipotéticamente– chocaba y no tenía seguro se complicaría el panorama. Algo que, ella le acotó, nada tenía que ver con el cinturón. En Jalisco, la multa para este año por no traer seguro es de entre mil 131 y 3 mil 394 pesos, cantidad similar a la de no usar el cinturón.
Ahí, en la desesperación por no hallar la póliza, vino el primer “si usted quiere, la puedo ayudar”. Ella respondió que no era necesario, que mejor le pusiera sus multas y la dejara ir, porque tenía varios pendientes por atender. Él insistió. Ella respondió que, si de verdad quería ayudarla, le hiciera solo una advertencia, le leyera por qué no debe conducir sin cinturón y la dejara ir. “¿Me está diciendo que no la multe?”, preguntó el agente. “No, le estoy diciendo que puede ayudarme de esa forma. Si no me quiere ayudar, entonces póngame mis multas de una vez”, le respondió la conductora. Él le explicó todo lo que se ahorraría si ella se dejaba ayudar. Las multas caras, la pérdida de tiempo, la urgencia de pagar… Ella contestó que sabía que si pagaba de inmediato tenía un descuento de la mitad. Providencialmente, al mover el asiento del copiloto, encontró en el piso del auto la póliza, que cayó de la guantera al sacar el resto de papeles. Se la entregó al agente, quien con ligera socarronería le soltó: “¡Mire, qué sorpresa! ¡Tiene seguro de cobertura amplia! Usted es de las pocas mujeres que he visto que tienen todos sus papeles en regla…”. Además de corrupto, misógino.
Según datos de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental de 2024, del Inegi, en Jalisco 14 mil 580 personas por cada 100 mil habitantes fueron víctimas de actos de corrupción, tasa superior a la media nacional. Además, el costo de la corrupción en promedio por cada víctima fue de 3 mil 500 pesos.
Él le dijo por tercera vez que quería ayudarla. Ella, ya tajante, le respondió que si le estaba pidiendo dinero para dejarla ir. De inmediato el agente respondió con un “no, no, no…”, y comenzó a llenar, ahora sí, los requerimientos para la multa por no traer cinturón, de poco más de mil 100 pesos. Al entregársela, la conductora soltó, en voz alta, que iría a pagarla de una vez, para su descuento de 50 por ciento. Se subió al auto y, antes de encenderlo, se puso el cinturón y arrancó.
La casi víctima tomó video y fotos, y pensó en denunciarlo, pero ¿cómo comprobar insinuaciones y no peticiones directas?
“Son los tacos más caros que he pagado”, me contó al final, “pero al menos fueron tacos y no mordida”.
Y por no ponerse el cinturón.
X: @perlavelasco
jl/I