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Cheto Leaño, de la noche triste al sueño de la resurrección

(Foto: Omar Fares)

La noche del 27 de abril de 2012 queda inscrita eternamente en la memoria de Juan Carlos Leaño. Fue el fin de una etapa en su carrera como futbolista profesional, y no sólo para él sino para el equipo para el que jugó durante 18 años. Fue la noche triste en el Estadio 3 de Marzo en el que él y Estudiantes Tecos jugaron sus últimos 90 minutos en la Primera División en un empate de 1-1 ante Gallos Blancos de Querétaro.

Al sonar el silbatazo final, Leaño abandonó la cancha entre lágrimas, que después se acentuaron en compañía de su pequeña hija al anunciar su retiro en conferencia de prensa.

Fue también el principio para un proyecto de renacimiento del equipo que aún permaneció dos años más en Liga de Ascenso pero ya como propiedad del Grupo Pachuca, pero al no lograr rápido el regreso se optó por vender la franquicia a Zacatecas.

Al terminar la esperanza en la final perdida ante Leones Negros en el Clausura 2014, también cerró sus puertas el inmueble del 3 de Marzo, un recinto que fue una de las sedes del Mundial de México86, en el que además Tecos jugó dos finales, y en la cual se coronó por única vez en su historia en 1994, y otra en 2005 en la que el ex defensa central fue subcampeón ante el América.

Desde el año pasado Juan Carlos y su padre, Antonio Leaño revivieron a Tecos, pero en Tercera División.

En un inicio se había pensado en escalar peldaños en las distintas categorías, pero no se descarta comprar una franquicia en Liga de Ascenso, o inclusive en Primera para volver en un plazo más corto de lo esperado.

En charla con NTR, Juan Carlos Leaño, quien tras su retiro asumió como vicerrector administrativo de la Universidad Autónoma de Guadalajara, habla de dicho proyecto, porque sigue añorando con nostalgia la presencia de Tecos en la Liga MX.

Entrevistado en su oficina en rectoría, rodeado de imágenes en las que aparece como el capitán de Tecos con el uniforme cuadriculado, evoca los momentos finales de su equipo.

¿Cómo fue aquella noche al terminar los 90 minutos contra Querétaro, que fue el último partido de Estudiantes Tecos en Primera División?

Fue difícil, algo que no me esperaba, algo que no había pensado realmente en el retiro hasta esa noche estando dentro de la cancha, no era un buen momento para despedirme porque era el último en Primera División, porque habíamos descendido, no me hubiera gustado irme así, sino como campeón o regresando el equipo a Primera, pero así se dieron las cosas. Fue una noche muy triste, el llegar, abrazar a mi familia, después se hizo una reunión con amigos del futbol, fue una noche sobre todo de llanto y después de recordar cosas del futbol en 18 años de jugarlo.

¿Cómo ha sido tu transición de futbolista profesional a la parte administrativa con la Universidad?

Sorpresiva, la verdad que me sorprende por el tema de haberme acostumbrado tan rápido, el que tuviera este trabajo me ayudó a no tener ese duelo de futbolista cuando dejas una profesión por tantos años. Pero siempre estuve acostumbrado a estar jugando, estudiando y trabajando, no me costó tanto, pero sí me sorprende el verme detrás de un escritorio. Cuando estaba chavo en el futbol nunca pensé que estaría así, se me hacía lo más aburrido del mundo, estaba acostumbrado a la belleza de ser futbolista, de trabajar tres o cuatro horas al día y después tener tiempo para ti.

¿Cuál es la actualidad del proyecto de Tecos en Tercera División?

Sigue con más ilusión que cuando lo iniciamos, la verdad es que lo empezamos cuando el equipo se va a Zacatecas, y platicándolo con mi papá le dije que no podíamos dejar nuestro sueño que es el futbol, nuestros Tecos, y que viéramos si alcanzábamos a hacer un equipo. De un mes para otro hicimos visorias, trajimos gente, hable con el Pony, quien buscaba una oportunidad en Primera A, pero dijo que se la rifaba y si lo llamaban de otro equipo tenía las puertas abiertas. Salimos con la sorpresa de que quedamos en los primeros lugares, y perdimos en las semifinales por tonterías nuestras, y los dejamos ir, pero nos dio mucha ilusión que el Pony nos dijera que se quería quedar otro año, que traía la espinita clavada y sentía ahora más fuerte al equipo. Tenemos mucha ilusión de que este año podemos llegar a Segunda División.

Estos son los pininos para que el día de mañana si no llegamos deportivamente como lo hicimos una vez, sí podemos pensar en una inversión para llegar a una Primera A para seguir con este sueño de Tecos.

¿Ya ha existido algún acercamiento con algún club de Liga de Ascenso?

Sí, tenemos opciones, hay un par de grupos que se han acercado, otros grupos de inversionistas que quieren meter una Primera A, también se nos han acercado para ofrecernos equipos de Primera División, pero por el momento, por lo que en su momento dejamos de poner atención al futbol es porque teníamos que transformar la universidad, de meter recursos humanos y financieros, y estamos en ese proceso, ya que consolidemos ese proyecto ya podremos distraernos en otras cosas. Si llega una buena propuesta lo tomaremos en cuenta.

Esperemos en unos cinco años estar mínimo en Primera A para recuperar el proyecto.

La herencia al hijo

En el equipo de Tercera División, Juan Carlos Leaño cumple el sueño de proyectarse a través de su hijo Juan Pablo, quien desea también en algún momento debutar en el Máximo Circuito con el número 27.

“Es mucha ilusión, el ver que mi hijo es más apasionado que yo, él desayuna, come y cena futbol, que todo el tiempo piensa en cumplir su sueño, trabaja diario, tiene más técnica que yo, juega otra posición, el acompañarlo ha sido muy bonito, y qué mejor que me haya pedido mi número (27)”.

Pero a la vez, el ex defensa le aconseja a su vástago estar preparado para las críticas en contra, como le sucedió durante toda su carrera.

“Sí era mucha tensión, pero también me gustaba que me abucheaban en mi propio estadio porque eso me motivaba a concentrarme, e inclusive el tapar boquitas te da cierta satisfacción, y es parte del show, lo cual lo platico mucho con mi hijo, que se vaya haciendo callito, que se haga el pellejo más grueso porque le va a tocar vivir esas cosas”.

Revive el área deportiva

En 2009 la Universidad Autónoma de Guadalajara entró en una etapa de renovación, en la que también se incluyó al equipo de futbol al que le cambiaron el nombre a Estudiantes Tecos.

A la vez las instalaciones de la institución también fueron remodeladas, como sucedió con las áreas deportivas (cancha de tenis, futbol americano, beisbol, gimnasio y basquetbol) cuyos terrenos fueron vendidos con la opción de ser adquiridos de nueva cuenta este año, según cuenta el vicerrector Juan Carlos Leaño.

“Fue un proceso de reestructura financiera en la universidad, en la que se requerían fondos para reinvertir en la infraestructura, y se vende el terreno, pero se vende al mismo tiempo con una opción de recompra, está por vencerse en este año para recuperar la parte del terreno”.

“Tenemos unas de las instalaciones de las más privilegiadas de la zona occidente, muy grandes, que son un aliciente para que los estudiantes hagan uso de ellas, y seguiremos reinvirtiendo”.

Tecos de la UAG

Fundación: 1971

Ascenso a Primera División: 1975

Años en el máximo circuito: 37

Estadio: 3 de Marzo (una de las sedes del Mundial México 86 y los preolímpicos de 2000 y 2004)

Palmarés

Campeón de Tercera División 1973

Campeón de Segunda División 1975

Campeón de Liga 1993-1994

Subcampeón de Liga Torneo Clausura 2005

Campeón de la Recopa de la Concacaf 1995