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50 años de la teología de la liberación

A fines del año pasado se cumplieron 50 años de la publicación Teología de la liberación. Perspectivas, del teólogo peruano Gustavo Gutiérrez Merino, dominico de 93 años de edad que, en síntesis, su obra es una reflexión a partir de la praxis y dentro del esfuerzo de los pobres, que busca en la fe cristiana y en el evangelio de Jesucristo la inspiración para el compromiso contra la pobreza y en pro de la liberación integral de todo hombre.

Desde la vertiente católica, la teología de la liberación, dada a conocer en 1971, encuentra inspiración en prácticas pastorales y textos teológicos aparecidos en Francia desde la década de 1930, que constituyen los movimientos conocidos como nouvelle théologie (nueva teología) y de la experiencia de los “sacerdotes obreros”.

Es una teología del profetismo, semejante al de los grandes profetas de Israel que lucharon contra las injusticias e idolatrías de sus contemporáneos, cuya finalidad de la teología de la liberación es la transformación de esta situación de pobreza injusta e inhumana.

Esta teología tiene sus raíces en la lucha de la iglesia por afrontar la “cuestión social” desatada por el capitalismo en el siglo 19 y en la disputa entre el marxismo y la iglesia a lo largo del siglo 20.

Parte de la praxis reflexionada de muchos cristianos y cristianas, fomentando el diálogo interdisciplinar poniendo en el centro a los más pobres, planteando retos y desafíos en el compromiso cristiano para comprender las causas de la desigualdad, de la pobreza y luchar contra ellas.

Introdujo al desafío de mirar el mundo de los invisibles y visibilizarlos como iglesia, a tener una cercanía con los pobres y luchar para que sean sujetos de su propio destino.

El padre Gutiérrez Merino es miembro honorario de la American Academy of Arts and Sciences, en Estados Unidos y en 2003 recibió el Premio Príncipe de Asturias en Comunicación y Humanidades, al igual que la Revista Vuelta de Octavio Paz, o que el político checo Vaclav Havel o Umberto Eco, Ryszard Kapucinsky o los sociólogos Zigmund Bauman y Alain Touraine, o la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Por su trayectoria académica y pastoral, más de 30 universidades e instituciones extranjeras le han otorgado el título de doctor honoris causa y otros reconocimientos.

En 2009 es nombrado magíster en Sagrada Teología, distinción otorgada por la orden dominica.

En sus primeros años, la teología de la liberación fue cuestionada por los sectores más conservadores de la iglesia. Incluso algunos piensan que el padre Gustavo Gutiérrez había sido excluido o sancionado, lo cual no ocurrió. El padre Gustavo siempre ha formado parte de la iglesia que, como toda institución, cuenta con representantes de diversas vertientes de pensamiento.

Entonces, asumir un compromiso real como cristianos y ciudadanos, dejar de lado las diferencias y emprender caminos de solidaridad de lucha contra la pobreza es seguir el llamado del cristianismo.

La pandemia generada por el virus del Covid-19 ha impactado gravemente al mundo entero. Muchas familias han sido afectadas de distinta manera y se han puesto en evidencia distintas dimensiones de la pobreza.

Por eso, el mensaje de lucha contra la desigualdad, que apunta a resolver las causas estructurales de la pobreza, está más vigente que nunca. Para el padre Gutiérrez Merino, “la pobreza es muerte temprana e injusta. Es destructora de personas y familias” y sigue golpeando sobre todo a los países más pobres del mundo.

Para muchos cristianos, mientras la pobreza, el descarte y la injusticia persistan, la teología de la liberación sigue vigente.

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