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Vertedero 'nos está matando': vecinos

PANORAMA DE CONTAMINACIÓN. Al salir de su hogar, los vecinos tienen vista a los cerros de basura del vertedero. (Foto: Jorge Alberto Mendoza)

Entre los colonos de los fraccionamientos aledaños al vertedero de Matatlán, en Tonalá, se coincide en que los están matando lentamente con su operación.

Basta salir al balcón, al parque o a la calle para percibir los olores del basurero y ver, desde varios ángulos, los cerros de desechos del sitio; algunos alcanzan la mitad de la altura de las antenas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y rebasan las copas de los árboles. El lugar es un tiradero sin control que día a día suma problemas a quienes habitan alrededor de él.

Según Armando Bañuelos, vecino del fraccionamiento Paseos del Santiago y activista, Caabsa Eagle, concesionaria del servicio de recolección de basura en Tonalá y empresa a cargo del vertedero, hace de las suyas una y otra vez, pues, dijo, trabaja sin controles y no sigue las normas medioambientales.

“Exigimos el cierre total del vertedero, porque nos están matando, nos están enfermando, es vivir 24 horas al día con los olores que emanan, con los arroyos de lixiviados”, lamentó.

El 30 de abril, el alcalde de Tonalá, Sergio Chávez Dávalos, anunció que había llegado a un arreglo con Caabsa y los pepenadores del lugar para usar sólo 5 por ciento de las 80 hectáreas del basurero como planta de transferencia; sin embargo, vecinos consideran que el acuerdo no se cumple.

Según estimaciones propias, actualmente en el tiradero hay el doble de basura de la que había en abril pasado. Los cerros y miles de toneladas de residuos hablan por sí solos, recalcaron varios entrevistados.

Aunado a los olores y la contaminación visual, los vecinos también padecen el escurrimiento de lixiviados. Un recorrido hecho ayer por NTR confirmó que en al menos cuatro zonas aledañas al vertedero hay filtraciones de líquidos de los desechos.

Fluyen por los fraccionamientos y escuelas sin ningún tipo de control; de hecho, estudiantes del Centro de Enseñanza Técnica Industrial (CETI) que caminan a su escuela o de regreso a su casa tienen que brincar charcos de estos líquidos.

A las problemáticas se le suma otra: la quema de cables por la noche.

“Como en la noche no hay supervisión, en el vertedero queman cable para extraer el metal, todos los días, y ese humo se viene hasta nuestras casas, es insoportable, nos hace estornudar, tener flemas y dolores de cabeza, que están a la orden del día”, añadió Armando.

TEMEN POR SU SALUD E INTEGRIDAD

La operación del basurero ya ha generado afectaciones en la salud de tonaltecas.

“Hemos comenzado a documentar los casos de nuestros hijos, que debido a los olores y los lixiviados y todo lo que emana del vertedero, ya tienen afecciones gastrointestinales, dolores de cabeza, pérdida del apetito y problemas de las vías respiratorias”, detalló Bañuelos.

A las afectaciones en la salud hay que sumar otro que genera temor entre los afectados: el acoso de pepenadores. Vecinos señalaron que han sido agredidos y a punto de ser golpeados por los trabajadores, quienes, añadieron, son azuzados por Caabsa para ejercer intimidaciones.

Ayuntamiento de Tonalá promete diálogo con vecinos

Ayer por la mañana colonos afectados por las irregularidades del vertedero de Matatlán acudieron al palacio municipal de Tonalá con la exigencia de que el lugar sea cerrado. En respuesta, el Municipio prometió diálogo y mesas de trabajo para dar avances en el tema.

Los manifestantes fueron atendidos por funcionarios municipales, quienes les dijeron que la opción más viable para acabar con el problema es esperar a que termine la concesión entre la empresa y el Municipio, lo cual sucederá hasta 2025.

“No estamos dispuestos y no vamos a parar. Iremos a las instancias que sean necesarias, porque esto no puede seguir así. Lo que estamos padeciendo repercute en nuestra salud, en nuestra calidad de vida, de nosotros y de nuestros hijos. Hoy en la reunión vimos empatía del gobierno municipal, pero dejaron en claro que Caabsa es una empresa poderosa que los tiene amagados y que, ante cada recurso legal, ellos responden y pueden seguir operando”, narró Armando Quiñones, uno de los colonos afectados.

Pese a la disposición del ayuntamiento, lamentaron su tibieza.

“Son vidas las que están en riesgo, es patrimonio. Nosotros cuando llegamos esto no estaba así, Matatlán operaba como planta de transferencia y había control de lixiviados; hoy se trabaja aquí contra la ley y contra todas las normas ambientales”, añadió Quiñones.

El Municipio prometió realizar reuniones con los afectados y mantenerlos actualizados sobre las acciones jurídicas contra Caabsa. Edgar Flores

jl/I