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No se esperaba más

La Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) desde hace años se ha caracterizado por la reproducción de vicios institucionales y por su complicidad ante violaciones a los derechos humanos. Durante los primeros meses de la presidencia de Luz del Carmen Godínez González, luego de una elección politizada e irregular, el sometimiento de la comisión al Ejecutivo estatal se ha fortalecido aún más, de tal forma que ya ni siquiera se mantienen las apariencias de su autonomía.

El nombramiento como titular de un organismo público de derechos humanos a una servidora pública con evidentes vínculos políticos de por sí vislumbraba una actuación mediocre de la CEDHJ y no generaba altas expectativas, y el paso del tiempo lo ha confirmado. Desde el inicio se realizaron varios movimientos dentro de la institución, partiendo de la supuesta reingeniería, en donde hubo despidos injustificados y cambios que no han partido de un diagnóstico institucional público, ni procesos de participación ciudadana. Si bien la CEDHJ requiere ajustes de forma urgente, estos deben realizarse a fondo y con plena transparencia, y no a costa de tapar la realidad y justificar la simulación.

Uno de los momentos sintomáticos fue la participación de la titular de la CEDHJ en el cuarto informe de seguridad del gobierno de Jalisco, en donde con su presencia y silencio respaldó el discurso manipulador que ha minimizado las violaciones a los derechos humanos, además de avalar la criminalización, la censura y los atentados contra el libre ejercicio de la labor periodística. La comisión no sólo legitimó estas acciones, sino que además en sus redes sociales aplaudió el Ejecutivo.

Otra muestra de operación bajo los servicios del gobierno de Jalisco fue la entrega de reconocimientos Tenamaxtli 2022 en Casa Jalisco. Un espacio que ha estado cerrado para las víctimas de violencias, es un símbolo de opresión, de lejanía con la población jalisciense y deslegitimación de cualquier voz crítica. Jalisco está en llamas, la violencia y las graves violaciones a los derechos humanos permanecen en impunidad estructural, y ante ello, los esfuerzos de la CEDHJ se orientan más a limpiar el espacio y rostro de violentadores, en lugar de verdaderamente rendir cuentas y cumplir con su función. Podría decirse que, gracias a la presidente de la CEDHJ, Alfaro nunca ha estado tan cercano a los derechos humanos como el martes pasado, cuando estuvo sentado a su lado.

Sin duda, debido a la naturaleza de sus funciones, la CEDHJ debe mantener vínculos con el poder público, sin embargo, no a costo de su independencia ni siguiendo instrucciones de forma tan evidente. La institución se ha caracterizado por años por la pérdida de legitimidad y autoridad moral que resultan fundamentales para su labor. La prioridad debe ser la recuperación de la confianza de las víctimas y la sociedad civil, quienes en su mayoría han sido excluidas.

Hasta ahora, la gestión de la nueva presidencia se ha basado en publicación de fotos, participación en eventos oficiales y consolidación de una institución aún más burocrática, omisa y cómplice con el gobierno, sin que realmente se contribuya a la materialización de los derechos humanos en Jalisco. Las sillas vacías en las actividades de víctimas, falta de proactividad, silencio, cambio desde la emisión de recomendaciones masivas y acumuladas, hasta su ausencia por completo, o poca certidumbre sobre la continuidad de los proyectos iniciados durante la presidencia pasada que buscaban garantizar mayor participación de víctimas en los procesos de acceso a la justicia.

Ante este contexto se requiere un cambio de paradigma e identidad de la CEDHJ. Se necesitan profundas transformaciones de su estructura, atribuciones y procedimientos, donde el Congreso local tiene rol esencial en la rendición de cuentas de dicho organismo y actualización de su legislación. Cabe recordar que todavía queda pendiente la resolución de dos recursos de queja en los amparos presentados ante la irregularidad del proceso, que actualmente son estudiados por los Tribunales Colegiados de Distrito del Poder Judicial Federal, por lo que la lucha por la autonomía de la CEDHJ, aunque es de largo aliento, continúa.

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jl/I